ZIAN [+18]

87.- Sacrificio

Una lateral rodó por el suelo en un intento desesperado por alcanzar tu cabello, arrancándote la liga que llevabas puesta, justo cuando anotaste el tercer gol. La buscaste entre el cesped pero no podías verla.

El apoyo del público se inclinaba en tu lado de la balanza, recuperando y atrayendo a gran cantidad de fanáticos que se enamoraban de tí y tu forma de jugar a pesar de las condiciones extremas.

—EL TERCER GOL DE ZIAN HA LEVANTADO LAS EXPECTATIVAS DEL PÚBLICO. ¡UNA SOLA DELANTERA DE JAPÓN ESTÁ ARRASANDO CONTRA UN EQUIPO ENTERO DE ALEMANAS! EL PRIMER TIEMPO ACABA CON ARY A LA CABEZA. ¿SE MANTENDRÁ EN EL TRONO? ¡LO VERÁN AL REGRESAR DE ESTE CORTE!

Unos minutos de descanso les fueron otorgados. Ness te alcanzó para acompañarte a las bancas, donde Anri ya se estaba reuniendo con el manager de Sae.

—¡Grandioso! ¡Terminaste el primer tiempo con un hat trick! Te felicito, Ary.

—Ness, ¿cómo entendiste mi juego tan rápido? Ni siquiera practicamos juntos.

—No hace falta. Estoy acostumbrado a servir al hombre que logrará lo imposible, así que debo estar a su nivel. —reconoció con orgullo aunque no lo entendías del todo.— Eso significa que si no puedo adaptarme a tí, perderé mi sitio como centrocampista. —se preocupó, casi como di hablara para sí mismo, pero luego volvió a sonreír— ¡Y tenía muchas ganas de jugar contigo! Oh, por cierto, no te angusties por tus enemigas. Si no hay tarjetas rojas, yo las crearé por tí. —aseguró inclinándose mientras mantenía un semblante serio.

—¿Porqué mi intuición se alarmó con eso? —pensaste al sentir que la piel se te erizaba. Ness tenía una forma de ser oscura y oculta tras su actitud servicial.

—Tu cabello está suelto. —Señaló cuando se acercaron al sitio de descanso.

—Oh, sí. Perdí mi liga en alguna parte.

—Ven, te ayudaré con eso. —dijo haciendo que te sentaras en una banca para quedarse a un lado de tí y recogerlo para hacer una trenza. —Así no te lastimaran esas tramposas.

—No sabía que tenías tales habilidades. —elogiaste un poco sonrojada ante su delicada forma de peinarte sin hacer nudos en tu cabello.

—Practico con el cabello de Kaiser a veces. No le vayas a decir. —te susurró en el oído. —Listo, quedaste más hermosa.

Antes de responder aquél cumplido, una discusión llamó la atención de ambos, se trataba del equipo rival.

—¿Qué creen que hacen, inútiles? —reprendió Grace al resto de chicas— ¡Estamos quedando en ridículo! ¡Están dejando mal a Reyne!

—Es suficiente, Grace. —Reyne había rechazado su botella de agua al regresar a las bancas durante el descanso, dirigiéndose a su agotado y frustrado equipo, que asimilaban la derrota tras haber intentado de todo y no pudieron detenerte. —No más trampas ni juego sucio. Desde ahora, todas harán únicamente lo que yo les ordene.

—¿Y qué crees que hemos estado haciendo? —confrontó la portera, que aplastaba su botella de agua tratando de encapsular su evidente molestia.

—Jugamos así porque tú nos lo permitías. —argumentó otra— ¿Ahora quieres cambiar todo porque sí? ¿A medio partido?

—Es porque se están lastimando con esas jugadas desenfrenadas. —Reyne trataba de sonar empática pero su tono arrogante no se lo permitía— A este paso, se lesionará todo el equipo y me harán perder.

—¡Ay, ya cállate Reyne! —exclamó con furia, la defensa que trataba su naríz sangrante con una bolsa de hielo, lanzándosela y fallando en el intento.