24.- Campo de batalla

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—Los ejecutivos filtraron nueva información de Bluelock. Aquellos delanteros que han pasado a la segunda fase están en esta lista. —Una nueva carpeta sellada le fué presentada a Sae Itoshi, quien estaba al pendiente desde el comienzo del proyecto. —Disculpa, Sae. Aún no me has dicho lo que opinas acerca de que Rin esté en Bluelock. ¿No estás interesado en saber...

—Me importa una mierda. —Cortó apresuradamente, revisando directamente los apellidos de los participantes restantes para llevarse una sorpresa. — ¿Qué? Ya no está...

—¿Buscabas a Arey Zian? Yo también lo noté. Parece que fué eliminada, su nombre ya no aparece.

Sae permaneció callado, llevándose una mano sobre el mentón para finalmente arrojar las hojas al aire mientras levantaba una ceja.

—Era demasiado bueno para ser real. Qué decepción.

—¡Ahh! —Con torpe agilidad trató de recuperar cada documento que volaba en el aire antes de que cayeran al suelo— ¿Esperabas que llegara tan lejos?

—No. —Confesó sin titubeos— En realidad, pasó lo que tenía que pasar. Si ella seguía en ese programa, lo más probable era que se encontrara con él y entonces sería un problema.

—¿A quién te refieres?

—¿A quién más crees? Rin Itoshi.

—¿Tu hermano menor? Pero dijiste que no te importaba que estuviera en Bluelock.

—No me importa, siempre y cuando no se meta con mis pertenencias.

—¿Pertenencias? ¿De qué hablas?

El Itoshi mayor ignoró su pregunta. En cambio, su lado calculador y egoísta le exigía investigar más a fondo lo que ocurría dentro de aquella "prisión".

—Consígueme un trato con la asociación de fútbol. Los datos que me diste ya no son suficientes ni confiables. Quiero ver con mis propios ojos el avance de ese proyecto.

Lo único que tenías que hacer era mantener el secreto hasta el final. La confianza que forjaste con Nagi, Isagi y Bachira te hicieron cometer el error, pero al intentar arreglarlo, las cosas ya estaban muy mal.

—¡Ah! Es que... ¡yo me refería a otra chica!

—Dios... —Isagi se llevó las manos a la cara. Era mejor que guardaras silencio.

—¡¿Una delantera top 2 en Bluelock?! ¡CUÁNTO GLAM! Me siento halagado, cambio de planes, serás mi mejor amiga.

—Ah, ya entiendo. —dijo Rin, sombrío y molesto.— Por eso te siguen cuales gatos en celo, comportándose como idiotas para llamar tu atención. Y lo peor es que estás de acuerdo con eso. Qué poco valor te das.

Esa fué la gota que derramó el vaso. Todo ese menosprecio ya lo habías escuchado cientos de veces en el pasado. Justo cuando creíste que nadie volvería a lastimarte, apareció Rin Itoshi. La toxicidad en persona.

—Es suficiente, estoy cansado de escucharlo. —Nagi Seishiro cargaba con la muerte detrás de su espalda deseando dormir para siempre a Rin.

—Que empiece este partido de una vez. —Clamó Bachira, tronándose los dedos y estirando las piernas.

—Escúchame, Zian. —Propuso Isagi, mientras ajustaba las cintas de sus tacos. —Dejanos robarte. No anotes ningún gol.

El equipo blanco de Isagi se enfrentaría con el equipo Rojo de Rin.

En una cancha reducida por el número de jugadores y con porteros hechos de hologramas de alta tecnología, los delanteros egoístas se enfocarían únicamente por meter goles.

El primer equipo en llegar a 5, ganaría y robaría un jugador de los perdedores.

Bachira sacó primero, dando inicio al partido. Tú hiciste lo que Isagi te pidió y no seguiste el balón. A pesar de ello, Rin no dijo nada ni te reprochó por no moverte. Aryu era el único que defendía, pero la falta de coordinación contigo y Rin permitió a Nagi anotar el primer gol.

—¡Sí! ¡Perfecto, Nagi! —felicitaste abrazándolo. Ya parecían un equipo de 4.

—Parece que Zian realmente quiere regresar con ellos. —dijo Aryu a Rin, quien entrecerró los ojos y fué por tí.

—Vuelve a tu posición, zoquete. —Ordenó acercando su mano a tu cuello, siendo bloqueado por Nagi.

—¿Quién te crees para hablarle así a mi novia? —retó abrazándote en afán de protegerte.

—Me da igual si eres su novio o su perro. En este momento trabaja para mí aunque no le guste.

El partido se reanudó y regresaste a tu lugar, pero todo era confuso. No sabías qué hacer. Aunque fueras del equipo rival, querías jugar, no hacer nada era para tí lo mismo que perder.

—Cuatro goles más, ¿cierto? Con eso te cerraré la boca. —Seishiro desprendía un aura oscura, en una situación como esa, se disponía a darlo todo.

El segundo gol fué de Bachira, que logró regatear hasta la portería con ayuda de Nagi. El tercero, gracias a los pases de Bachira, fué anotado por Isagi.

A pocos minutos de haber comenzado, ya iban 3-0. 

Chicos, son tan geniales. —Te sentías afortunada de haberlos conocido. Aún sin tí en su equipo, se las arreglaron para tomar ventaja usando el máximo potencial actual de sus armas. —Sólo dos goles más.

Pero el sueño, estaba por convertirse en pesadilla.

—Los hombres son capaces de hacer lo que sea por una mujer. —admitió Rin. —Hasta dar su propia vida.

En la siguiente jugada, el número 1 demostró la razón por la que estaba en el top, marcando 3 goles sin tu ayuda ni la de Aryu. Empatando el marcador en menos de 5 minutos.

—¿Cómo? ¿Qué fué lo que pasó? —Era difícil procesarlo, mucho más admitirlo. Rin era un grandioso delantero.

—¿Todavía no te das cuenta? —Reprendió al verte todavía paralizada— Esto no es un simple juego. El fútbol es un campo de batalla. Pero tú, una niña consentida y sobreprotegida por su "harem" no es capaz de comprenderlo. Quedarte ahí parada es perder en el fútbol, y perder aquí es lo mismo que morir. O te mueves o no me sirves. 

—Yo no jugaré a tu favor después de cómo tratas a los demás. Por personas como tú es que vine a Bluelock, para demostrar que una mujer puede ser la mejor delantero del mundo.

—¡Ya les dije que discutir sin sentido no es nada glam! —Aryu metió el cuarto gol mientras ustedes estaban distraídos, abriéndose una nueva ventaja en el equipo de Rin.

—Te haré una pregunta, —continuó intimidándote— ¿sabes lo que los guerreros le hacían a las mujeres del enemigo perdedor en las guerras? Era un infierno de torturas inimaginables. Ni siquiera eran consideradas animales.

—No tiene nada que ver con esto.

—De hecho, sí. —En un movimiento rápido, Rin robó el balón y te lo pasó. Bajo tu reacción, posicionada cerca de la portería contraria, anotaste el quinto gol de forma inmediata y automática, dejando impactados a todos, menos al número 1, pues te utilizó meramente como herramienta, demostrando ante todos el fallo terrible que había bajo tu talento. —¿Lo ves? La reacción inmediata no es un arma.

ZIAN [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora