ZIAN [+18]

85.- No hay reglas

—¡¿QUE ESTÁ SUCEDIENDO EN ESTE PARTIDO?! ¿ACASO MICHAEL KAISER ANOTÓ UN GOL TAN VELOZ QUE EL MARCADOR NO FUÉ CAPAZ DE DETECTARLO? ¡¿PORQUÉ NO LO VEMOS REFLEJADO EN EL CONTEO QUE SIGUE 0-0?!

—¡MIREN LA PANTALLA DEL ESTADIO! —indicó el segundo comentarista— HAY UN MENSAJE QUE ESTÁ DEJANDO AL PÚBLICO CON LA SANGRE HELADA.

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ATENCIÓN ESPECTADORES

En este partido, sólo cuentan los goles de las delanteras Zian y Reyne.

No hay tarjetas amarillas
No hay tarjetas rojas
Los jugadores pueden rotar en cualquier momento.
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—¡¿Pero que clase de partido es este?! Nos acaban de decir que no hay reglas y que veremos un violento duelo entre las mejores delanteras del mundo. ¿Quién se llevará la corona en este estremecedor evento? ¡Hagan sus apuestas!

Reyne tenía los ojos en blanco, el entrecejo fruncido, los puños cerrados y los dientes mordiendo su labio inferior tratando de aguantarse las ganas de gritarle al engreído Alemán todas su verdades en público.

Grace se dió cuenta de que su capitana estaba furiosa y compartía el sentimiento, pues incluso para ella era inesperado.

—¡VUELVE AQUÍ, ESTÚPIDO MICHAEL! ¡DISCÚLPATE CON REYNE AHORA MISMO! —Exclamó a gritos.

—Guarda esa energía para el resto del partido. —dijo Kaiser, disfrutando de ver a la mediocampista deshacerse de ira— La vas a necesitar si quieres que tu novia sobreviva la humillación que le espera.

—Perro maldito... ¿cómo sabes eso? TE APLASTARÉ, PUTO IMBÉCIL.

El chico ignoró por completo a las dos y se alejó con las manos en los bolsillos mientras le dirigía una mirada retadora al poderoso hombre en las gradas, el señor Klark Reyne, quien en el acto hizo una llamada en la que seguramente se encargaría de cumplir con su amenaza de destruír la carrera del As.

—¡Kaiser! —Llamó Ness con preocupación, alcanzándolo cuando ingresó al corredor principal. —¡¿Qué acabas de hacer?! ¡Has estado trabajando tanto para ir a Japón! ¡Sabes que ese hombre te va a hundir! ¡¿Qué pasará con tu carrera?!

—Ya cálmate, Ness. Me las arreglaré de otro modo. —contestó con tranquilidad, evadiendo la alterada mueca de su compañero. —Hoy no puedo ser el protagonista, así que no me interesa seguir esta farsa.—admitió mientras se ponía una chamarra para cubrir el uniforme— Mi duelo contra Sae Itoshi tendrá que posponerse.  —invitó señalando un par de asientos vacíos  en las gradas— Por el momento, disfrutemos del show.

Ness estaba incrédulo ante la actitud del delantero. No tenía sentido que hubiese echado a perder el esfuerzo que le costó engañar a Reyne y convencer a su padre. Aquello sólo parecía tener una respuesta.

—Lo hiciste por Ary, ¿no es así? —interrogó con duda y celos.

—Hmmm... Digamos que encontré un juguete aún más divertido que una "bailarina" mediocre como Klarisse. —confesó en voz baja. El nivel en el que  te catalogó y por la naturaleza del reto, Kaiser estaba seguro de que podría vencerte sin problema, pero eso no lo hacía sentir satisfacción. — No quiero que mi "trapecista" caiga de su cuerda antes de tiempo. ¿Te he dicho cuánto me gustan los circos?

El auditorio enloqueció entre quejas y conmoción. Algunos empezaron a levantarse de sus asientos, pues sin Kaiser en el partido, ya no tenían ganas de seguir ahí.