ZIAN [+18]

17.- Kunigami Rensuke

Finalmente, el silbatazo siguiente reanudó el partido con un saque del equipo Z.

—No lo entiendo, ¿qué hace una chica en Bluelock? —se preguntó Nagi— ¿Tan interesante es el fútbol que tiene que infiltrarse en un lugar así?

—¿Qué atrevimiento fué ese? —Regañó tu compañero ambidiestro al chico perezoso, debido a su actitud despreocupada— ¿Con qué derecho tocas a Zian? Enfócate en lo que te corresponde.

—Así es, estoy de acuerdo contigo. —afirmó Chigiri, tan celoso como Reo.

—Y arreglen sus asuntos amorosos fuera de este partido. —remató Kunigami empeorando la situación que casi había salvado.

—¿Amorosos? —te avergonzaste todavía más porque Rensuke creía que eras del "otro bando".

—¿A qué estás jugando, Nagi? —Reo jaloneó al peliblanco hablándole a regañadientes cuando lo alejaba de ellos— Creí que me ayudarías a conquistar a Zian. ¿Porqué me traicionas?

—Lo siento, Reo, yo sólo quería satisfacer mi curiosidad.

—¿Curiosidad? ¿Besaste a Zian por "curiosidad"? —Reo seguía conmocionado. ¿Los dos genios que había encontrado acabarían juntos? Un cúmulo de celos invadieron su mente.  —No, Nagi, a eso se le llama deseo...

—¿Deseo? —El peliblanco no lo entendía. Pocas veces actuaba así, tan pocas, que era raro interpretar esa sensación. Un impulso insistente que solía ser fugaz, como un capricho, un antojo, pero esta vez era distinto, ese beso no sació lo que sentía, sino todo lo contrario. —¿Yo deseo a... Zian?

—Me preocupa la manera en que Nagi actúa. ¿Qué es lo que quiere? —murmuró Yoichi cerca de Bachira, que también pensaba en lo mismo.

—Oye, Isagi, ¿crees que él sepa "eso"? —Al mounstro le preocupaba que tu secreto hubiera sido descubierto y usado para mal de parte del equipo V.

—Tendría sentido después de que ese tal Reo también le mostrara tanto interés. Puede que quieran chantajear a Zian para que perdamos. No ha podido anotar más de un gol.

Isagi estaba preocupado. Después del saque de esquina, confío en tí para pasarte el balón y lo recibiste, pero por primera vez, no fuiste capaz de usar tu arma. Dudaste y Nagi te quitó el balón.

Tu mente estaba en otro lugar, el beso te había distraído. Nunca lo imaginaste. La piel se te erizó, a nadie parecía importarle porque estaban empatados y casi se acababa el tiempo.

Nagi, que tenía el balón en su poder, estuvo a punto de marcar la victoria. El horror pintado en los rostros del Z era incomparable.

—Vamos a perder... ellos confiaron en mí... y fallé... ¡¿qué me pasa?! —Lamentaste mirando al suelo con un nudo en la garganta. Te daba miedo lo que estaba por suceder. —No quiero que los eliminen por mi culpa...

Un nuevo silbatazo detuvo el partido por segunda ocasión consecutiva. Tarjeta roja para Wataru Kuon por taclear a Nagi en plena ocasión de gol.

—¿Qué? —No dabas crédito a lo que veían tus ojos. El traidor de repente se convirtió en el salvador del equipo.

—¡Maldita sea, Zian! No bajes la cabeza, esto aún no termina, ¡levántate! —gritó Kuon forcejeando al ser agarrado por un Reo lleno de ira. —¡Vamos, sigan adelante, equipo Z!

—Tiene razón. —dijo Isagi. —Zian ya no tiene que hacer todo solo. Para eso estamos aquí.

—Chicos... —sollozaste admirando la postura de entrega que tenía todo el equipo. Como si dieran su vida en los últimos momentos.—  Me están protegiendo a pesar de que saben que si perdemos, sólo yo pasaré a la segunda fase... —dijiste entre lágrimas.— ¿porqué?