—Es suficiente. —Tu rostro permaneció en dirección al suelo, sombrío, acumulando rabia con los puños cerrados contra el pasto sintético— Hipócritas y malditas. Si así quieren jugar, entonces... —Dispuesta a responder en tu defensa, tu mente se preparaba para indicarle a tu cuerpo moverse en el instante que esa chica diera un paso más. Si pudiste sobrevivir en un ambiente caótico lleno de delanteros, ellas no significaban nada.
—¡¡Chicas!! ¡¡¡Adivinen quién llegó!!! —gritó la portera Alemana señalando el pasillo principal por donde una figura se aproximaba.
—¡¡¡Aaaaah!!! ¡¡¡Emperador!!! —exclamaron todas como un coro de ángeles, ignorándote por completo para correr hasta aquella persona misteriosa.
—¡¡Nuestro dios!!
—Apártense, plebeyas, ¡es mío! —sentenció Reyne abriéndose camino entre todas.
Arqueaste una ceja con incredulidad al ver lo pasivas que se ponían con la llegada de ese tal emperador.
—Sí, claro... y yo soy la zorra.
Hiciste caso omiso a lo que hacían y tomaste tu maleta deportiva para dirigirte a las duchas.
—Pensé que ellas estaban siendo amistosas, pero son peores que los chicos. —concluíste para finalmente soltar un suspiro de alivio, pues ya no tenías que compadecerte de nadie— A la mierda el fútbol femenino.
Entre risas y coqueteos, la capitana del equipo se había adueñado de la atención del jóven deportista que solía visitarlas a menudo.
—¿Y qué estaban haciendo? Las ví muy entretenidas en medio del campo, ¿práctica? No me sorprendería, sabiendo lo dedicada que es su líder.
—Sí, estábamos recibiendo a la nueva... —Grace obtuvo un coscorrón en la cabeza por parte de Reyne. —¡Auch!
—¡A la nueva marca patrocinadora de nuestro equipo! No era nada importante. Al menos, no más que tú, Michael. —aduló con voz dulce y sumisa, admirando disimuladamente el atractivo físico del deportista, su cabello rubio de mechas largas azules y su característico tatuaje de rosas del mismo tono que ella solía usar en su idolatría.
—Creí que ya estarías lista para ir a la conferencia, pero veo que llegué muy temprano.
—¡No, para nada! Ahora mismo me arreglo. Dame 20 minutos.
—15. —Negoció él, convenciéndola con un gesto encantador.
Reyne aceptó y ordenó a las demás dirigirse a los baños. Comportándose como una jefa ideal ante la figura que tanto admiraba. Una vez que ellas se marcharon del campo, otro jóven de cabellos castaños y sonrisa curiosa, se paró a su lado.
—Se tardará al menos media hora. Le gusta verse bien para tí. —Dedujo llevándo sus manos detrás de la espalda.
—Ya lo sé, Alexis. —respondió con un aire de aburrimiento— Pero es lo que tengo que soportar si quiero la inversión de su padre en el proyecto Bluelock.
—No hay noticias de ellos, ¿verdad?
—Oficialmente no. Y me muero de ganas por conocerlos, sobre todo a esa "promesa femenina".
—Hoy nos hablarán del proyecto en la conferencia, pero si llegamos tarde, no podremos hacer preguntas ni solicitudes. ¿Quieres que apresure a Reyne?
—No, yo me adelantaré. Ve y dile que me llamaron de urgencia. La invitaré más tarde a salir. No quiero que sepa sobre mi interés... en Ary Zian.
La centrocampista se aferró al brazo de su capitana todo el camino hacia los vestidores, elogiando su talento como solía hacer a menudo.
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ZIAN [+18]
Fanfiction• Bluelock x tú Eres una gran delantera que ama el fútbol, pero nunca has jugado en un equipo de hombres. Infiltrarse en Blue Lock sin saber de qué se trataba fué tu mayor error. Mientras intentas sobrevivir, aprenderás por las malas el largo camin...