62.- Choki

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Estás enmudecida. Tus ojos bajan al suelo. No eres capaz de verlos fijamente después de que se quitaran las chaquetas y das un paso atrás, siendo detenida por Bachira, quien está apoyado en la pared y pone sus manos sobre tus hombros, recostando su cabeza sobre tu nuca.

—¿Qué estoy haciendo? ¿Porqué no digo nada? —preguntabas en tu mente, tratando de contactar a la razón, sin éxito alguno.

Reo te ha tomado la mano izquierda para darte un beso sobre los nudillos y Chigiri hace lo mismo con tu mano derecha. Ambos actuando como sutiles y educados príncipes.

—¿Cómo llegamos a esto? —Hiciste un recorrido por los últimos momentos, dialogando con la tú de horas antes, cuestinándola por no haberse dado cuenta de lo afortunada que era al ser la novia de los mejores y más  atractivos jugadores de Japón. —No me dí cuenta de que esta relación multiple era tan arriesgada hasta hoy.

Isagi, que aún está frente a tí, acaricia tu rostro con sus manos, que son cálidas, suaves y se mueven de forma dulce sobre tus mejillas. Tus ojos se concentran en él, pero ya no está sonriendo, tiene la misma mirada que le has visto antes de devorar a alguien.

Los besos de Reo y Chigiri han escalado por tus brazos hasta llegar a tus hombros. Nagi sigue observando en silencio, esperando su turno, pero Karasu se adelanta y desliza sus dedos para acariciar tu cintura.

—¿Y porqué se siente tan bien? —Poco a poco te ibas sumergiendo en el contacto físico de obvio motivo.

Bachira quiere morder tu cuello, pero se limita a dar un beso mientras baja un poco el cierre de tu vestido. Un escalofrío te recorre la espalda y dejas escapar el primer gemido ahogado a pesar de que aún no han comenzado a ir más lejos.

Los ojos de Nagi parecen haber cobrado vida, dilatando sus pilas y dejando de ser medias lunas, expectantes de lo que sucede. Realmente está excitado pero no puede evitar sentir que es una molestia compartirte con el resto. Y es que es el único que no entiende cómo terminaron así, pero quiere ver lo que hay debajo de tu ropa y nota que nadie, además de Bachira intentan desvestirte y cree que quizás el mounstro ya está perdiendo el control.

—Parece como si fuera el fin del mundo y se tratara de mi única oportunidad para estar así con ellos. —pensaste mientras tu piel se erizaba y la humedad se prolongaba entre tus piernas a causa de la imaginación— De ser así, me importaría poco lo que pase después, pero mis manos tiemblan y mi cuerpo retrocede. No sé si es vergüenza o miedo. Por mucho que quiera evadir la culpa, hay algo en mi mente que me mantiene inmóvil. ¿De dónde viene este pensamiento?

Isagi acerca sus labios a tí, deseoso de probarte. Sabes que va a pasar y cierras los ojos, te pones más nerviosa y arrugas la falda del vestido con las manos, haciendo que tu ropa interior se empiece a mostrar, ligeramente empapada.

Karasu, al ver esto, se sonroja tanto que pierde el hilo de la actuación, cubriéndose el rostro con las manos.

—Ooh, es tan linda, cielos. —expresó sonriendo maliciosamente. —Lo siento, estoy fuera de juego. Mantenme si quieren.

—Karasu, cállate, lo arruinaste. —Regañó Chigiri con una mirada fulminante.

Reo se cruza de brazos y Bachira saca la lengua en señal de fracaso.

—Jajajaja, no pude evitarlo, de verdad se lo creyó. —dijo aún enternecido con tu rostro sonrojado. Abriste un ojo y notaste que Isagi también empezó a reír.

—¿Qué? —soltaste tu vestido y rápidamente lo acomodaste, estabas tan inmersa en el momento que no te diste cuenta de ello.

—No sé si eres demasiado inocente o en serio no le das importancia. —dijo el cuervo, volviendo a ponerse la chaqueta.

ZIAN [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora