—¡¡Aaaahh!! ¡¡Ary!! —Tu hermano pegó un grito inesperado al verte, sus mejillas enrojecieron aún más bajo el rubor maquillado que llevaba encima.
No pudiste evitar carcajear ante su reacción avergonzada.
—¡¿Así que este era tu verdadero pasatiempo?! Y papá decía que la única desubicada era yo.
—Espera, Ary, no, no, no, no, ¡¡¡no es lo que crees!!!
—Tranquilízate, no soy nadie para juzgarte, yo me vestí como chico para ir en busca de mi sueño.
—Ay, Dios mío... No quería que me vieras así...
—¡Perdón!, no quería ofenderte, Arey. Es que con ese vestido te pareces tanto a mí. —bromeaste al notar que llevaba tu ropa y el estilo de maquillaje que te gustaba, pero eso no era todo.— Demasiado, de hecho, podrías ser mi gemela... ¿Perdiste peso?
—Exactamente, Ary. —escuchaste una voz femenina detrás tuyo, oculta en silencio trás la puerta, esperando tu visita— Idénticas, ¿no?
—Anri... ¿Qué haces aquí? —Con la presencia de la jóven ayudante, entendiste porqué Ego te había pedido llevarle aquella carta a un chico que nunca asistió a Bluelock. Rápidamente la abriste en frente de ellos, estaba en blanco. —Era su plan... ¿verdad?
—Temíamos que no saliera bien —asintió Anri—, así que arriesgamos la única opción que nos quedaba. Pedirle a tu hermano que nos ayudara para que puedas jugar contra la Sub-20.
—¡Pero Ego ni siquiera me nombró! ¡No me eligió para ninguna posición! Dijo que estaba expulsada, ¿porqué me mintió? —te molestaste ante el cambio de planes y la hiriente despedida que a tu parecer fué innecesaria.
—A él no le gusta dar falsas esperanzas, creo que ya lo sabes, pero si te envió aquí es porque confiaba en que entenderías su mensaje. "Si eres una verdadera egoísta, sabrás qué hacer".
—Pero... —dirigiste la vista a tu hermano— papá me dijo que tú no querías verlo. No tienes que ir, ya hiciste suficiente por mí. Además, tu pie está...
—¡Mucho mejor! Hoy me dieron de alta y podré irme. Mira, hasta puedo usar estos tacones. —apuntó con su dedo índice, con las uñas de las manos pintadas de rosa.
—¿Cómo que te dieron de alta? ¿Y tus terapias?
—Si no vuelvo a jugar fútbol no pasará nada, y como ni siquiera me gusta, ¡no volveré a jugar fútbol! —Habiendo renunciado al deporte, el chico se sentía confiado, sus pies no patearían un balón de nuevo— Pero sé qué tú quieres seguirlo haciendo. La señorita Anri me lo contó todo, y ahora soy como tú, ni siquiera necesito relleno en el pecho porque eres plana.
—Desgraciado. —gruñiste entrecerrando los ojos.
—En el rostro son bastante parecidos. —dijo Anri señalando algunas facciones —El físico era un poco distinto, pero logramos hacerlo bajar de peso rápidamente, lo cuál no fué muy saludable, pero estaré monitoreando su salud.
—Esto es tan extraño.
—Lo hago por tí, hermana. Gánale a la Sub-20 de Japón y demuéstrale a esos patanes lo que tú vales. Yo distraeré a papá, se dará cuenta pronto de nuestro engaño, pero me aseguraré de que sea hasta que acabe el partido. —con entusiasmo, puso la palma de su mano derecha sobre tu hombro— No abandones. ¡No abandones sin haberlo dado todo ahí!
Intentaste responder a sus palabras y un nudo en la garganta te lo impidió. Aquello era demasiado y comenzaste a llorar.
—¡Lo siento, Ary! —se apresuró a decir con un tono asustado— Si quieres cancelo todo esto. ¡Te lo juro! ¡Ya me quité la peluca! —dijo jaloneando varias veces el falso cabello, sin éxito alguno.
—¡Tú, tonto ridículo! —te abrazaste a él fuertemente, demostrando que tu llanto era de felicidad— Te quiero tanto, Arey. Eres el mejor hermano del mundo.
El chico compartió una sonrisa amistosa con Anri y palmeó tu espalda. El plan había funcionado.
—Entonces ve, preséntate ante todos. Haz que nuestros sacrificios valgan la pena.
Aún con los párpados húmedos, le agradeciste y deseaste buena suerte en aquél nuevo intercambio, no sin antes hacerle una confesión.
—Oh, Arey, quería disculparme contigo.
—¿Porqué?
—No obedecí lo que me pediste. Ya no hago esto sólo por ser la mejor del mundo. —tomaste aire antes de admitir aquello que meses antes no te imaginabas que sucediera— Me enamoré en Bluelock.
En el fondo, el chico sabía que de cualquier modo sucedería, que en realidad, era lógico, pues te lo había dicho sabiendo de antemano el resultado. Su pequeña hermana estaba dejando de ser una niña.
—Ah, es verdad, incluso te envío flores y obsequios hace tiempo. Bueno, a mí, pero quiero pensar que eran para tí.
—¿Flores? ¿De quién?
—Pues, de tu novio, Sae Itoshi.
—No me jodas...
Arey te mostró la tarjeta de presentación que venía en aquél ramo donde te pedía disculpas por lo sucedido. Dudabas si era cierto, hasta que viste que pagó el reloj que querías comprar, tu hermano lo llevaba puesto bajo la manga del vestido.
—Pagó tanto para disculparse y se molestó en buscarme... —Estuviste cerca de conmoverte hasta que recordaste la historia de Rin —Pues ojo por ojo. No me interesa salir con ese malagradecido que abandonó a su hermanito.
—¿Entonces no es tu novio? ¿Y cuando me presentarás a mi futuro cuñado?
—Cuando elija uno.... —murmuraste nerviosa. —¡Ah! ¡Papá te espera! ¡El avión sale pronto!
—Ay, ya, ya, no me empujes, soy una mujer con tacones. —dijo fingiendo voz femenina. —Mucha suerte, hermanita. —dijo en un susurro, entrando al elevador, dejándote con una Anri que sollozaba sentimental con la fraternal escena.
—Anri, nada de esto habría sido posible sin tí. Muchas gracias.
—No hay problema. Ahora mismo le llamaré a Ego para avisarle que nuestro equipo de Bluelock está completo. —Antes de sacar su teléfono, encontró una hoja doblada en su bolsillo y recordó lo que contenía— Oh, por cierto, este es el verdadero puesto en el que habrías quedado si hubieras sido seleccionada.
Tomaste la hoja y mientras Anri se alejaba para hacer su llamada, decidiste abrirla, negando de primera instancia lo que tus ojos veían.
—Lo hice... —Aquella sensación era tan intensa que tu cuerpo se congeló. En el Top final tu puesto era el número uno. —Estoy a la altura de Itoshi Rin...
Tú serías la delantero y capitán del equipo Bluelock.
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ZIAN [+18]
Fanfiction• Bluelock x tú Eres una gran delantera que ama el fútbol, pero nunca has jugado en un equipo de hombres. Infiltrarse en Blue Lock sin saber de qué se trataba fué tu mayor error. Mientras intentas sobrevivir, aprenderás por las malas el largo camin...