—¡Sí! ¡Sí! ¡A esto me refería! ¡Es perfecto! —La efectividad e inmediatez de tus tiros se vieron potenciados por los pases precisos y meticulosos de Sae.
Las simulaciones con tecnología Bluelock man no se comparaban a la complejidad de la realidad. No podías dejar de sonreír por la emoción y la seguridad que te brindaba tener al mejor centrocampista de Japón a tu lado.
—Y justo se han cumplido 90 minutos. —dijo al escuchar el tono de alarma en el cronómetro de una pantalla en la pared. —Empiezo a creer que no eres humana.
Tomaste aquél cumplido con gracia. La noche anterior le habías causado más que una impresión justo en el momento en que pensó que fracasarías. Le seguiste el ritmo durante los primeros 45 minutos y tu cuerpo se estaba rindiendo, mientras él sudaba ligeramente.
—Respira. —susurró en tu oído mientras cambiaba de posición por octava ocasión, abrazando tu cintura, sentado detrás de tí y adentrándose de nuevo con suavidad.
Te costaba trabajo mantener la mente cuerda. Eras incapaz de articular frases coherentes debido a las constantes estimulaciones de placer en tus pezones con los dedos ajenos curiosos que exploraban la delicadeza de los mismos.
Sae parecía controlar sus propias sensaciones de la misma forma que en un partido, y se movía convenientemente para desgastar tu energía, como un fetiche en el que disfrutaba verte siendo débil para él.
Se aseguraba de detenerte cuando tus manos intervenían en automático al recibir una embestida dura que enviaba señales eléctricas a través de tu vientre y se dispersaban por tu espalda.
—Aguanta... 30 minutos más. —pensaste durante el "segundo tiempo" en el que Sae te había hecho montarlo de frente para besarte con mayor deseo. Entonces te diste cuenta de que jadeaba entre los besos cuando te movías por tu cuenta y la intensidad subía a medida que tomabas la iniciativa.
En ese momento, apelaste a tu instinto al ver que su comportamiento sexual era similar al de Rin, con la diferencia de que Sae tenía una habilidad de cálculo y resistencia racionales, pero al fin y al cabo, eran hermanos.
La palpitación caliente de su miembro durante tu repentino movimiento de caderas casi lo hacía terminar. Te detuviste de golpe y lo sacaste de tí sin dejar de dominar sus labios, haciendo que bajara la guardia y tomando su miembro con tu mano, deshaciéndote del preservativo, lo cuál le molestó.
—Ni creas que tendremos un hijo a esta edad. —Regañó para luego quedar perplejo con lo que estabas haciendo. Se tuvo que llevar una mano a la boca para ahogar un quejido de placer al sentir tus labios sobre su erección. Encontraste su punto débil al jugar ahí con tu lengua.
El mediocampista no podía apartar los ojos de tí y lejos de detenerte, se inclinó al frente para sostener tu cabello mientras se apoyaba con la mano libre sobre la cama, presionando las sábanas a discreción, disfrutando de aquello mientras los minutos pasaban.
—¿Dónde... aprendiste a hacer... eso? ¿C-cómo supiste que yo... —Sae empezaba a perder el control que adquirió la primera hora, sorprendido por ver que no eras tan sumisa como pensaba. Antes de poder terminar su pregunta, dejó escapar un gemido corto y satisfactorio en el climax de su orgasmo. Llenando tu boca con una abundante muestra de su esencia.
La respuesta que le diste a continuación lo impactó aún más.
—Porque eres un Itoshi. —confirmaste mientras le regalabas una faceta nueva de tu rostro, con ojos de acecho y labios que se relamían para no desperdiciar su alimento.
Sae no quería admitir que estaba exhausto después de correrse. Para su suerte, el cronómetro llegó a 90 como era lo acordado y suspiró a discreción por el alivio de haber concluido.
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ZIAN [+18]
Fanfiction• Bluelock x tú Eres una gran delantera que ama el fútbol, pero nunca has jugado en un equipo de hombres. Infiltrarse en Blue Lock sin saber de qué se trataba fué tu mayor error. Mientras intentas sobrevivir, aprenderás por las malas el largo camin...