110.- Pertenecer al mundo

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La entrevista se terminó y estabas a punto de salir de la sala cuando te avisaron que el presidente de la asociación de fútbol japonesa, Buratsuta Hirotoshi, te citó a una junta por primera vez.

Estabas nerviosa por la repentina invitación, y seguiste a una persona por un elevador hasta otra sala, más grande y con una mesa de reunión rectangular gigantesca que abarcaba casi todo el espacio. Sólo él sentado al final, esperando tu llegada.

—¡Zian! ¡Mi muchacha! ¡El orgullo de Japón! —su sonrisa exagerada y su expresión dramática te causaban repeluz. El aspecto de ese hombre te daba mala espina, pero decidiste ignorar tu intuición por el momento.

—¿Es el presidente de la UFJ? —preguntaste dudosa al hombre gordo, bajito y viejo.

—¡El mismo! Adelante, querida niña. Toma asiento donde quieras.

—¿Está pasando algo? — cuestionaste temerosa— ¡¿Es respecto a esos comentarios bochornosos en BluelockTV?! —expresaste apenada recordando las reacciones morbosas de algunos fans en tus vídeos.

—¡Al demonio con eso! —menosprecio sin dejar su sonrisa retorcida—  ¡Ahora mismo eres la sensación del mundo y queremos ofrecerte todo lo que mereces por tu desempeño! Sé que Jinpachi Ego ha sido bastante rígido contigo, pero ya no lo permitiré más. Yo me haré cargo de cumplir todos tus deseos a cambio de que continúes glorificando al fútbol como lo has hecho hasta ahora.

—¿Usted fué quien autorizó a que me dieran una habitación propia?

—¡Habitación de lujo, ducha, vestidor, comedor, masajistas, jacuzzi, dieta especial y mucho más! —añadió el hombre con orgullo— Tus necesidades femeninas son nuestra prioridad. ¡Ya te lo he dicho! Tú pide lo que quieras en tu habitación y se te concederá.

A pesar de lo interesante de sus palabras, recordaste cómo Ego se expresaba de él como un hombre ambicioso a quien sólo le gusta el dinero, por lo cual, te costaba creerle.

—Señor, me halaga todo esto, pero, ¿no creé que es injusto? Considerando que yo también pertenezco al proyecto.... Es decir, no desprecio su ofrecimiento, aunque Ego dijo...

—¿Qué dijo Ego? Ya lo imagino. ¿Algo como que no te trataría diferente sólo porque eres una chica?

Buratsuta había dado en el clavo. Guardaste silencio en ese momento, como si quisieras seguir escuchando algo que no deberías saber.

—Claro, eso era cuando tu nombre no resonaba en los cinco continentes, pero ya han cambiado las cosas, Zian. Tú no perteneces más a Bluelock. Lo has trascendido. ¡Le perteneces al mundo! —señaló con ambas manos extendidas a sus costados— ¡¿No lo ves en tus números?! ¡Eres de talla mundial! ¡La número 1 en el fútbol femenino y próximamente la número 1 en general! Como una jugadora de élite, mereces un trato de élite. Tu habitación está entre las suits de los campeones. Kaiser, Noa, Loki, Prince, todos ellos tienen una categoría altísima y gozan de muchos privilegios. No te conformes con menos, Zian. ¡Sé ambiciosa! ¡Sé egoísta! —elevó la voz y casi trepa a la mesa por la euforia  de sus propias palabras— ¡Deja morir a Bluelock y yo te haré una estrella! ¡Yo te haré campeona!

Tus ojos brillaron involuntariamente por la intensidad del discurso y comenzabas a preguntarte qué tanto de aquello era cierto. ¿Qué pasaría si realmente pudieras obtener la victoria saliendo de Bluelock y dando ese salto? Tu corazón y tu mente tenían un fuerte debate interno.

—¿Me permite pensarlo un poco? —dijiste tratando de razonar lo mejor posible para no elegir por medio de tus emociones.

—Por supuesto, adorada genio. Tienes todo el día de hoy para tomar tu decisión, pero te aseguro... que te cambiaré la vida si aceptas. —aseguró— Haré que devores al mundo.

Despejar tus pensamientos era tu misión principal al salir de la junta. Y hablando de sobrepensamientos, te dirigiste a preguntar por la situación de Isagi ya que el día anterior había terminado desmayado al final del partido debido al agotamiento físico y mental, lo cuál te hacía sentir culpable por hacerlo esforzarse tanto en seguirle el paso a tu intuición.

Al girar en una esquina, el chico recargado en la pared al otro lado detuvo tu camino tirando de tu muñeca.

—¿A dónde vas con tanta prisa como para ignorarme, Ary?

—A donde sea que no estés, Káiser. —Ni siquiera necesitaste voltear para saber que se trataba de él. Soltaste tu mano de su agarre pero aún así te quedaste frente a él.

—No me digas que estás enfadada conmigo después de que te salvé el pellejo para no ser expuesta por uno de tus novios. Me debes un favor y, sin embargo, evades mi conversación con tu jodido ego inflado por ese gordo adinerado. Soy yo quien debería estar enfadado contigo.

—¿Tú piensas que no veo tus verdaderas intenciones? Quieres que el mundo piense que estoy interesada en tí para que se rompa mi relación con Bluelock.

—A mí me importa una puta mierda lo que la gente piense sobre nosotros. —juró dando un paso al frente, dejando apenas espacio entre su rostro y el tuyo para poder susurrar en secreto— Te voy a destrozar tan fuerte que no te quedará otra opción mas que entregarte a mí. —Inconscientemente, la mano de Káiser  subió lentamente por tu cuello y sus dedos fríos te rodearon suavemente en una caricia que amenazaba con estrecharse para dejarte sin respiración— Jugarás para Alemania como mi perrita cuando Japón te deseche y tu sueño se vaya a la mierda.

—¿Tan mal te ha tratado la vida como para desearle algo así a alguien por quien dices sentir afecto? —Contestaste tomando su muñeca, haciéndolo reaccionar sobre lo que estuvo a punto de hacer. Káiser observó su propia mano y las guardó en sus bolsillos sin dar explicaciones al respecto.

—Uno no puede dar lo que nunca recibió. —dijo encogiéndose de hombros— Talvez yo no sé amar, pero tú no sabes cuando dejar de hacerlo, ¿o me equivoco?

Tu ceño se frunció. Sabías a dónde quería llegar con ese comentario.

—Te diré algo. —siguió Káiser— No importa cuánto intentes agradar a todo el mundo, al final a nadie le gusta jugar con muñecas rotas.

—Si ya terminaste, tengo mejores cosas que hacer. —Querías cambiar de tema o irte rápidamente antes de que te hiciera enojar de verdad.

—Pero no olvides nuestro trato. Aún no me has ganado. Sólo tuviste una oferta del Real Madrid porque cierto mediocampista pasó una buena noche contigo. Si esa es tu manera de escalar...

—¡Lo que yo haga con mi vida privada no te incumbe ni a tí ni al fútbol! —Tus ojos denotaban odio y frustración por la mención de aquél tema. Aunque Káiser no estaba seguro de sus palabras, tu reacción sólo hizo evidente que tenía razón en algo. Engañaste a Bluelock con Sae Itoshi.

—Eso crees tú. Sigue balanceándote en esa cuerda floja y tu caída será más dura.

Lo dejaste hablando solo aunque seguías escuchando sus palabras mientras caminabas por los pasillos. Káiser estaba satisfecho de verte contra las cuerdas y tú sólo querías olvidarte de todo, pero tu imprudencia sólo empeoraba la situación.

—Maldito metiche. ¿Qué tiene que ver eso? ¿Qué mierda le importa si Sae y yo...? —Atrapada en tu enojo, maldijiste a Káiser y te quejaste en voz alta sin imaginar que tu karma estaba más presente que nunca.

—Si Sae y tú... ¿qué?

La última persona que hubieses deseado que te escuchara estaba ahí, bloqueando tu camino y paralizando tu cuerpo con su sola mirada de rencor y amenaza.

—Rin...

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⏰ Última actualización: Nov 04 ⏰

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