Escrito con Catekila
Todo en familia - Final
Lovelies y llegamos al final de una historia que nos encanta escribir. Gracias por esperar el Cap final. Y gracias por seguirnos....
😍😍😍😍😍😍😍😚😚😚😚😚😚😚😚😚Heriberto y Victoria llegaron a la isla y se dirigieron al hotel, era perfecto, Heriberto le dio una propina al chico que llevó las maletas, Victoria estaba en el balcón de la habitación, el paisaje era de los dioses, sintió que la abrazaban por detrás y sonrió.
- Heriberto es perfecto, hermoso.
La miró a los ojos, sonriendo. - Todo esto se me hace borroso. - Ella lo miró sin entender, él le besó los labios. - No hay belleza más grande que tú Victoria, no sabes cuánto me has hecho el hombre más feliz del mundo, además de devolverme la vida, darme un sentido, un futuro que llamar mío.
Victoria ya tenía lágrimas en los ojos, lo besó tiernamente, llena de amor, y le moldeó el rostro con sus manos. - Hazme el amor.
Él sonrió y la tomó en su regazo, la puso de pie a un lado de la cama, ella llevaba un vestido veraniego, verde de un solo frente, él le dio la espalda y lo desató, quitándoselo, dejándola sólo en lencería, le acomodó el cabello a un lado y le besó el hombro, yendo hacia su cuello, ella jadeó, llevó sus manos a sus pechos por encima del sujetador y los apretó, ella echó la cabeza hacia atrás y gimió por lo bajo, le desabrochó el sujetador y se lo quitó, sintió lo caliente que estaba, le devolvió el beso con calma, la vio tocarse los pechos, y eso le excitó más, la giró hacia él y le besó la boca, se separaron cuando ella le quitó la camiseta, se miraban, el deseo ardía, Victoria le dibujó el pecho con las manos, bajando hasta el pantalón, él seguía tocándola, ella le bajó los pantalones con su ropa interior, él la tomó en su regazo entrelazando sus piernas alrededor de su cintura, ella le mordió el cuello suavemente, él se sentó en la cama con ella en su regazo, tomó uno de sus senos con su boca y lo saboreó, Victoria gimió fuerte.
- Heriberto, te necesito, tómame ahora, como tu esposa.
Sin contención la colocó sobre la cama, le quitó las bragas, subió desde su pie hasta su muslo besándola, besó el interior de su muslo y llegó a su intimidad, pasó su lengua por ella, Victoria arqueó la espalda, Heriberto subió los besos, y se encajó entre sus piernas, la miró a los ojos, vio amor, deseo, le acarició el pelo, la penetró lentamente, sintiéndola toda, ambos gimieron, él se movió lentamente.
- Mi Victoria, mi mujer, mi vida.
- Ahhhhhh Heriberto, más rápido.
Él sonrió, y se volteó en la cama, sin bajarse de ella, dejándola encima, Victoria aceleró el paso, cabalgaba con deseo y lujuria, Heriberto saboreó ambos senos de ella, sentían que el orgasmo estaba cerca, la tomó de la cintura y la penetró con fuerza, sentía las uñas de ella en su pecho.
- Vamos mi amor, ven a mí.
Victoria echó la cabeza hacia atrás y gritó de placer, ambos se corrieron juntos, sus respiraciones se aceleraron, Victoria, aún con él dentro de ella, recostó su cabeza en el pecho de él, Heriberto sólo acariciaba su espalda y su cabello, estaban en silencio, sus corazones impasibles de amor.
- Te amo Heriberto, no solo a ti te salvó este amor, a mí también, me devolviste a la mujer que hay en mí, me mostraste lo que es volver a ser amada, me devolviste el mundo de la pasión y el amor.
La tumbó boca arriba en la cama y la besó.
- Te quiero.
Hicieron el amor una y otra vez, este día era para ellos, para expresar la gratitud que la vida les regaló el uno al otro.
La luna de miel fue perfecta, visitaron toda la isla, hicieron el amor en cada rincón de la habitación, pero ya era hora de regresar, Victoria no soportaba extrañar a sus hijos y nietos, Heriberto pagó al taxista y llevó las maletas adentro, Victoria a su lado, lograron llegar a la hora del almuerzo del domingo, cuando entraron a la casa estaba vacía, les pareció extraño, porque todos sabían que llegarían hoy.
- ¿Dónde están todos?
Antes de que Heriberto contestara escucharon ruidos en el jardín y se dirigieron allí, a Victoria se le llenaron los ojos de lágrimas, todos estaban allí, los niños, Antonieta, pepino, el cura Juan Pablo, María Desamparada, Max y Fer estaban con una pancarta escrita ''. Bienvenidos a vuestras nuevas vidas, os queremos''. Los dos se dirigieron a ellos, Victoria abrazó a todos sus hijos juntos.
- Como los extrañe mis amores.
- Nosotros también te extrañamos mami, hicimos esta sorpresa. - Dijo Max besando la frente de Victoria, María la alejó un poco, llevaba un paquete.
- Este es un regalo que tenía muchas ganas de darte, fue por el mismo que todo comenzó, y quiero que sea por uno de estos que nuestras vidas juntos comiencen de nuevo.
Victoria tomó el regalo y lo abrió, era un crucifijo idéntico al que le había regalado a Juan Pablo y que ahora pertenecía a su hija.
- Mi pequeña María, le doy gracias a Dios por todas las nuevas oportunidades que me ha dado, te amo hija, te amo tanto.
- Y yo a ti mami.
- Yo también quiero ese abrazo. - Fer y Max se unieron a ellos en este abrazo.
- Os quiero hijos míos.
Victoria saludó a sus amigos, y tomó a sus nietos, acariciándolos, luego se alejó un poco, y solo observó, la familia estaba feliz, miraban al cielo y agradecían a Dios por esta bendición, Heriberto se acercó a ella, la abrazó por el costado y le besó el cabello.
- ¿Qué haces aquí tan lejos?
- Dando gracias a Dios por ello. - Los dos miraban todo el desorden, las conversaciones ruidosas y las risas, miraban la felicidad. - La familia es el regalo más grande que Dios nos puede dar, es por ellos que luchamos todos los días, ellos son los que nos dan la fuerza para soportar todo lo que este mundo nos da, siempre debemos estar agradecidos por nuestra familia y amar a cada uno con todo nuestro corazón.
- Sí, y gracias a Dios nuestra familia está unida y es feliz.
Victoria le sonrió, los dos se besaron.
- Nuestra familia.
De la mano volvieron al personal, hablando, riendo, todos en familia.
FIN.

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Cuentos cortos en español ✅
FanfictionAquí encontrarás las historias o shortfics que escribí, pero ahora serán traducidas al español. Espero que los disfrute.