En el ascensor, Victoriano abrazó a Inés como para protegerla del mundo, se quedaron así hasta llegar a la planta donde estaban, pero Inés levantó la cabeza y le miró, sin decir nada Victoriano la besó con ternura.
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Inés lo abrazó más fuerte y respondió al beso, el tierno beso se volvió intenso, era una emoción para los dos, Inés sólo tuvo un novio que no le duró mucho, Victoriano desde que enviudó, sólo tuvo decepciones. Ambos sintieron una fuerte emoción, era algo realmente verdadero para los dos.
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El beso ya tomaba mayores proporciones, cuando la puerta del piso se abrió, solo intentaron salir aún besándose, Victoriano casi la lleva en brazos, pero fueron interrumpidos. El sonido que hizo el conserje con su garganta hizo que ambos dejaran de besarse y con sus frentes juntas comenzaron a reír. Victoriano se colocó delante de Inés, era una forma de preservar su imagen, ella lo entendió de inmediato y se abrazó a él como si escondiera la cara detrás de su espalda.
- 'Lo siento señor, pero tenemos cámaras en todo, incluso dentro del ascensor. - dijo el joven riendo.
- '¡No pasa nada, no se ha hecho nada malo, sólo estoy besando a mi mujer! - dijo con el pecho inflado como un auténtico pavo real.
- Muy bien, estás de luna de miel, bastante normal, ¿estás en el 1002?
- Sí, ¿por qué?
- Acabo de llevarle el pedido a su habitación. - Inés se rió y supieron que Cecilia estaba con Amanda.
- De acuerdo, gracias. - Victoriano cogió la cartera y le dio una propina al joven.
- Lo prepararon todo, sabían que el hotel estaba lleno, sabían que siempre nos quedamos aquí, y lo peor es que sabían.... - Inés abre la puerta de la habitación y ve todo preparado para una cena romántica.
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