Cuentos cortos en español ✅

Hipnotizada III

Victoria está dentro, sin acción con esa conversación, pues Antonieta había vuelto a beber, había estado 3 años sin poner nada, estaba limpia. Heriberto estaba a su lado apoyando a su querida "paciente".

Días después, fue el velorio y el entierro, Heriberto estuvo todo el tiempo al lado de Victoria, ella lo necesitaba, como el cuerpo necesita agua y aire. Fueron días difíciles para ella. Él siempre estuvo a su lado.

- Todavía no puedo creer que se haya ido así.

- Cálmate Victoria, todo va a estar bien, si empezó a beber de nuevo debe haber una razón, ¿no fuiste tú quien dijo que estaba diferente los últimos meses?

- Sí, salía con alguien, pero no sé con quién.

- Entonces verás que una decepción la hizo empezar a beber de nuevo. Vamos, salgamos aquí. ¿Quieres ir a un lugar cómodo?

- A mi casa.

Heriberto la llevó a su casa, Victoria se alegró de que estuviera a su lado, se puso algo más ligero, él se quitó lo saco y la corbata y se abrió algunos botones de la camisa.

- ¿Quieres tomar algo?

- Si - responde él mirando la vista desde su casa. - Tienes un lugar privilegiado aquí, mira esa vista.

- Sí, la tengo. Aquí hay algo que me reconforta, cuando miré esta casa, supe que aquí sería feliz de alguna manera.

- ¿Ha vivido aquí mucho tiempo?

- No, compré aquí en cuanto me separé de Osvaldo. - se vuelve y le quita la taza de la mano.

- ¡Un refugio para un nuevo comienzo! - levanta la taza y ella le sigue. - La felicidad.

- Un nuevo comienzo lleno de felicidad. - Brindan y beben, Victoria sonríe y le mira con más fijeza.

- Nunca he hecho esto, pero por ti hago excepciones, ¡me estás seduciendo Victoria!

- ¡Lo estoy haciendo! - habló con descaro. Heriberto sonrió y bebió todo el líquido rosado de su copa de vino y la dejó sobre la mesa y jaló a Victoria por la cintura y la besó apasionadamente.

Heriberto la lleva al sofá que estaba ahí y se sienta con ella en su regazo, los besos se vuelven más calientes e intensos, ella se quita la camisa sin siquiera desabotonarla, dejando su piel al descubierto, sus pechos desnudos con sus picos duros al sentir a Heriberto cerca de él. Su piel se estremeció cuando él tocó con la palma de sus manos sus pechos. Victoria gimió intensamente ante aquel roce. Su cuerpo pedía más.

Victoria abrió lentamente el botón de su camisa, acarició su piel desnuda y bien definida, se aparta y abre el cinturón de su pantalón, con la ayuda de Heriberto, ambos quedan totalmente desnudos allí en el sofá, Victoria estaba con su intimidad palpitante y muy excitada y el miembro de él  no era diferente.

Heriberto la recuesta en el sofá y besando su cuerpo con delirio llega a su abertura íntima, Victoria gimió cuando su boca junto con su lengua exploraron su intimidad con voracidad, ella jadeó sujetando su cabello.

- Ooooh Heriberto, que boca tan hábil tienes, me estoy corriendo. - él sonrió aún allí e introdujo dos dedos en su interior, Victoria se corrió en su primera embestida.

- ¡Qué caliente y deliciosa está Victoria! - respiró y le dio un leve golpe haciendo que se corriera de nuevo. - Así de fácil, córrete para mí.

Se levantó masajeando su enorme miembro y se sentó subiéndola a su regazo, Victoria se sujetó de sus hombros apoyándose y se produjo la conexión íntima, movimientos fuertes y rápidos se sincronizaron entre los dos. Victoria estaba en éxtasis con él. Heriberto se invirtió intensamente, mordiendo y chupando con fuerza los senos de Victoria, ella estaba rendida.

- Así, ¿te gusta duro así?

- Sí, me vuelves loca. - Ella toma su mano y lo hace masajear más su punto de placer, pero él se envalentona y toma su mano para hacer su propio placer y masajea su orificio trasero, en ese momento Victoria gime fuerte y jadea intensamente, goza para deleite de Heriberto que la sigue llegando juntos al ápice del gozo esplendoroso.

- ¡Qué magnífica eres Victoria!

- ¡Eres tan intenso y delicioso! ¡Estoy cansada!

- Dime dónde está tu habitación, te llevaré. - ella señala la puerta al final del corredor y se tumba en su regazo. - Quieres quedarte así un rato, tenerte así me está volviendo loco de placer.

- Quiero, ¡pero ya no tengo fuerzas para más! - ella lo besa apasionadamente y se quedan así un rato.

Heriberto la llevó a la cama, Victoria dormía cansada, además del intenso día, hacer el amor con él la había dejado relajada y exhausta. La miró desnuda allí en la cama y sonrió, se sentó mirándola, sonriendo como si su objetivo se hubiera cumplido.

- Esposa mía, serás mía para siempre ¡Victoria!

[...]

A lo lejos una mujer leía la noticia de que un abogado y amigo de la familia Sandoval había muerto en un trágico accidente, levantó el periódico y entonces su teléfono hizo una llamada.

- Hola soy yo, está pasando otra vez, tengo que volver. La víctima ahora es la reina de la moda Victoria Sandoval.

- ¡Si vuelvo ahora, sabrán que Helena no murió!

- Pero no puedo dejar que vuelva a pasar. La otra vez fue demasiado tarde y murió una mujer inocente.

- De acuerdo, me prepararé para tu regreso, pero espero que ahora todo se solucione. - ¡la llamada ha terminado y Helena ha ido a su habitación a hacer las maletas para volver de entre los muertos!