Salvador entraba en el vestíbulo del edificio Omera ya le estaba esperando, por supuesto con cara de pocos amigos. Pero como dijo Isabel no podía estar en el mismo sitio que ella. Omera no necesitó ni hablar ni hacer nada, un equipo de traje negro y gafas oscuras.
- ¡Omera! - dijo el hombre acercándose a su lado.
- ¡Señor! - ni siquiera miró de reojo, sabía que el jefe del servicio secreto estaba a su lado, era un capitán del ejército que ya había trabajado antes con él. - Era audaz.
- Quería darle un tiro en la frente.
- Por eso me envió mi jefe, cuando le informaron de que estaba en el país y de que la señora Mitchel también, nos envió aquí, ¿y a ella?
- ¡Arriba!
- Atención, el águila ha ido al nido, Halcón en ruta, interceptar posición.
- Señores, no quiero un incidente diplomático, sólo quiero hablar con ella. - dijo Salvador acercándose a él.
- Señor lamentablemente no puede quedarse en este edificio, necesito que vuelva a su coche y se dirija al aeropuerto, un avión le espera con escolta de la FAA1. - Dijo Carter. - Tengo órdenes del mayor jefe de este país de acompañarle hasta el avión.
- Solo quiero hablar con Isabel, puedes quedarte cerca. - Omera y Carter se miraron, sabían que sería complicado hacer algo allí.
- Señor, según el juez que firmó el acuerdo, este mismo acuerdo que acaba de violar cuatro órdenes. Si se aprueba, ya sabe que el acuerdo quedará sin efecto y se decretará su encarcelamiento, y no creo que sea legal tener peso político en este país. - Carter fue tajante.
- Cinco minutos es todo lo que pido para hablar con ella.
- Señor, estas personas estarán con usted ahora. - se gira y mira a un equipo de U.S. Marshall que está detrás de él.
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- Se lo toma a mal. - se gira para ir hacia la puerta, se detiene y habla. - Encontraré la forma de hablar con ella.
- No antes de que tengas una bala en la frente. - dijo Omera.
[...]
Simultáneamente en el ascensor...
Bruce recibió a Isabel y Navarro, no hablaron, ella estaba enfadada y se le notaba en la expresión de la cara. Cuando llegaron a la planta de Navarro las puertas del ascensor se abrieron un agente federal estaba allí, Bruce hizo una señal y habló.
- Señor, tiene que quedarse aquí.
- De acuerdo, Fernando, luego hablamos. - Isabel no sonreía como de costumbre, era algo tensa. Le dio un beso en la coronilla y se marchó.
Cuando ya estaban dentro de la casa, Isabel miró a MJ que le hizo señas de que había gente esperándola, puso los ojos en blanco y se dirigió a él. Estaba de espaldas mirando la vista desde el piso.