Un cap más, este shortfic está basado en la película del mismo nombre, con Salma Hayek y Pierce Brosnan. Adaptado por Federico y Cristina, pero con mi visión jejejeje.
Federico caminaba por la calle tratando de entender esa noche, atraído por Cristina, quiere romper con su pequeña que ahora estaba embarazada. Después de caminar por horas toma una decisión... Era una mañana soleada en la capital mexicana, Federico no podía dormir pensando que haría con la noticia de que sería padre, y también que haría con Vivían.
- ¿A dónde vas tan temprano, hijo mío, no te vi llegar? - preguntó su madre, mirándolo con un signo de interrogación en el rostro.
- Voy a tomar la decisión más importante de mi vida, y no se lo digas al viejo, ¡voy a ser padre! - Carmen se tapó la boca con la mano para no gritar de sorpresa, iba a ser abuela, estaba tan contenta.
- Y así me lo dices chico, ¡que voy a ser abuela como un tiro! - se acerca a su hijo y lo abraza fuerte, estaba feliz por él. - Ya ves que un Rivero, ¡tu padre será feliz!
- No quiero que se lo digas todavía, Don Francisco me va a quitar el pellejo sin hacer sangre, eso no le va a gustar nada.
- Está bien, no diré nada, pero ¿puedo saber a dónde vas tan pronto?
- A casa de Vivían. - se dirige a su madre, luego la besa en la frente, sale de allí yendo hacia el hotel donde vivía Vivían.
***
Cristiane estaba bebiendo su taza de café en el balcón, la noche era aburrida, ya que se quedó con su hermana tomando unas copas, ambas estaban decepcionadas con sus relaciones.
Llevaba puestas unas gafas de sol, la luminosidad le molestaba, pero como quería solucionar pronto sus asuntos pendientes, estaba esperando el momento oportuno para llamar a Diego y poner fin a su mierda de relación.
- ¡Buenos días! - miró por encima de sus gafas y vio a aquel bello espécimen en medio de la habitación mirándola fijamente.
- Buenos? Eso solo si es para ti, Vivían está en su habitación, y de verdad espero que no la hagas llorar otra vez, ¡la madrugada fue increíble! - dijo sarcásticamente levantando su taza de café.
Federico niega y pasándose la mano por la cara sale de la habitación dirigiéndose hacia la habitación de Vivían. Cuando entra, Vivían estaba sentada en la cama, con los ojos hinchados de tanto llorar y con cara de dormir poco.
- ¡Buenos días, Vi!
- Hola, Fred - le contesta ella sin levantar su pesada cabeza.
- ¡Veo que la noche ha sido mala para todos! - habló él acercándose a la cama y sentándose a su lado.
- ¿Tú también?
- Recorrí las calles, llegué a casa por la mañana, pero llegué con una decisión importante y por eso vine a hablar contigo.
- Antes de que digas tu decisión, soy muy joven Federico, no puedo ser madre ahora, acabo de recibir una oferta de trabajo y me regreso a San Diego.
- Me iré contigo, cuidaré a nuestro hijo hasta que arregle algo, estaré pendiente de ti, puedo ser lo que sea, pero no dejo asuntos pendientes.
- ¿Irás conmigo a Estados Unidos?
- ¡Sí!
***
Federico tomó la decisión, y con Vivían se fue a San Diego, USA, y por un tiempo, todo fue maravilloso, él era un esposo atento, Vivían era mimada todo el tiempo, ella hacía la mayor parte de su trabajo en casa, cuando llego el momento, el estaba con ella, Carmen y Cristina estaban juntos con ellos en el momento del nacimiento, Francisco no quería saber nada desde la decisión de Federico.
Aunque los dos nunca llegaron a hablar de la decisión que Federico había tomado. Francisco vio a su hijo meter las bolsas en el coche y luego a Carmen volver solo con el coche, en ese momento supo que su hijo se había ido con la gringa.
***
Vivían, dio a luz a un hermoso niño, Federico estaba muy feliz con su hijo en brazos, y con los ojos llorosos la miró a ella, que sabía cuál era la petición, y asintió dándole permiso para ponerle nombre a su hijo.
- Será, Cayetano, Cayetano Rivero Salas.
***
- ¡Hola, hijo! Qué bonitos estos hoy, ¿qué vamos a hacer, un, pasear para ver a las gatitas en la playa?
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