8 - No me pidas perdón....

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✤8✤- Porque queramos vernos  - Para este capítulo tenemos la canción especial

Candelaria conversaba con Graci en la cocina, las dos eran las nanas de Emilio y Alejandra. Como Emilio y Alejandra se casaron, las dos tuvieron que aprender a convivir con los dos, ya que ambos se encargaron de cuidarlas. Candelaria se encariñó con Alejandra desde el primer día que la vio con Emilio, y cuando se produjo la separación se sintió desgarrada, no quería dejar a su niña, pero tampoco a Emilio. Fue él quien le dijo que se quedara con Ale, porque sabía que cuidaría bien de Alejandra junto con la señora Graci.

- Están bien, sí, ¿viste que me los llevé?

- Ahí Cande lo vi, sí, tengo muchas ganas de volverlos a ver felices como antes.

- Y así será, ella está embarazada y él se quedará, no sólo por los bebés, sino porque realmente se aman.

- Eso espero, ya es tarde. - Candelaria se levanta y mira a Graci.

- Y el niño Felipe, qué pena que regrese a la escuela y no vaya a estar con nosotros.

- Que vuelva, lo tendremos en casa todos los días.

- Es verdad, puede que tenga casa, pero sabemos dónde está su casa. - Las dos señoras se retiraron.

En la habitación de Felipe miraba por la ventana, sintiendo que todo iría bien con sus tíos, y que la llegada de sus primos sería la culminación de todo. Echó de menos a su madre. Se acercó y se tumbó, recordó su vida en la universidad que estaba a punto de terminar y volver a casa. Felipe se tapó, miró el móvil, envió un mensaje y se fue a dormir.

[...]

- Alê, ¿está bien mi amor? - preguntó, abrazando el cuerpo caliente de Alejandra.

-Sí, tengo sed, pero estoy bien.

- Bueno, en ese caso, ¿también comemos algo? - dijo sacándola de sus brazos y poniéndola sobre la cama. - '¿Quieres un trozo de tarta o algo de fruta?

- Quiero fruta, el dulce lo quiero más tarde, la miel acuérdate, todavía tengo antojo.

- Amor, aún no has cumplido tu deseo, vamos a solucionarlo. - se levantó, cogió una jarra con algo de fruta y agua y se la dio. - 'Voy a lavarme y vuelvo pronto. - ella asintió, sonriéndole.

Emilio volvió a darse una ducha rápida, pues el deseo de Alejandra se saciaría, ella estaba sentada en el extremo de la cama, se alisaba el vientre, los bebés estaban tranquilos, ella sonrió, se levantó, cogió un poco más de agua cuando vio que Emilio volvía a la habitación, cogió el tarro de melaza y la cuchara.

- Me encantaría poner un poco en la olla. - echó una cucharada generosa y la miró, que se lo confirmó. - 'Este deseo será un placer, cumplirlo y satisfacerte.

- Emi, ven pronto que estoy salivando de deseo. - rió y se dirigió hacia ella.

Emilio le entrega la lata a Alejandra y se quita la toalla que llevaba enrollada en la cintura. Alejandra lo mira de arriba abajo y se muerde los labios. Toma un poco del melón con los dedos y se lo lleva a la boca y lo mira. Alejandra toma un poco más de la miel y la pone sobre el miembro erecto de Emilio. Él gime al sentir la dulzura sobre su rígida piel. Alejandra sonríe y deja el pote sobre la cama y sujeta los muslos de Emilio acercándolo a ella, al sentir su boca tragar con lujuria, Emilio siente que le tiemblan las piernas, era grande, pero Alejandra tenía una técnica para tragar sin hacer ruido ni tener el reflejo del ansia.

- 'Alê, Dios, qué maravilla de boca, ¿está buena con la miel? - ella se saca el miembro de la boca y sonríe.

- Sin miel es bueno, con miel es perfecto. Siéntate aquí y me arrodillaré para que estemos más cómodos.

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