Victoria y Heriberto - Alas del deseo IV

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*4* - Traiciones y separaciones

Durante horas Victoria y Heriberto siguieron hablando, se llevaban tan bien que parecía que siempre habían sido el uno para el otro.

- Buenas noches, perdone que le moleste, ¡pero tenemos reserva para esta noche! - dijo la recepcionista del restaurante.

- No, no puede dejarles Bianca, les daremos la otra habitación reservada. Lo siento Vicky, hoy estamos muy ocupados, pero puedes quedarte.

- Es tarde, si vais a abrir para cenar sé bien cómo está mi amigo. ¿Puede venir Heriberto?

- El tiempo pasó tan rápido y nuestra conversación fue tan amena que perdimos la noción del tiempo. Mira, te llevo a casa.

- No, Ligia, ¿puedes llamar a un coche por mí?

- Por supuesto, ven a mi oficina mientras esperas.

- Insisto en acompañarte, Ligia muchas gracias, aquí está mi tarjeta de crédito para pagar nuestra consumición.

- Ya está pagado, el Sr. Afonso lo dejó todo bien. En realidad puedes quedarte si quieres, siempre encontramos un camino a las habitaciones reservadas.

- Gracias amigo, pero de todas formas tengo que irme, necesito arreglar ese asunto. - mira a Heriberto. - Podemos irnos entonces.

Le ofrece su brazo para que ambos salgan juntos del restaurante. En el camino siguieron platicando, hasta que Victoria se quedó callada.

- ¡Un beso por tus pensamientos! - dice él.

- Voy a hacer algo que sé que me va a molestar, pero ya no quiero esta vida de apariencias, no quiero estar al lado de alguien que me traiciona.

- Victoria, ¡si sufres no tienes por qué quedarte! - la coge de la mano y la besa. - Sé que soy el menos indicado para hablar de esto, yo también estoy en una situación complicada. Pero aquí estoy si me necesitas.

- Gracias, has sido una gran amiga, incluso con poco tiempo, me siento bien y confío en ti.

- Sabes que me siento muy bien contigo, me siento feliz contigo.

- Tengo esa sensación, me siento bien contigo.

- Estamos aquí, ¿quieres que te acompañe dentro?

- No es necesario, voy a entrar y poner fin a algo que se ha acabado hace mucho tiempo.

- Si necesitas llamarme, aquí tienes mi número privado y detrás el número del hospital y de la clínica.

- Gracias, has sido una amiga maravillosa. - Va a besarle la cara, cuando le toca la comisura de los labios suavemente y sin querer. - Buenas noches.

Ella sale del coche y él la observa entrar, en la puerta se gira y le saluda con la mano, que le corresponde. Heriberto se marchaba y observa el coche de su tío en casa de Catarina, se detiene y llama a Alphonse.

- Hola hijo, ¿necesitas algo?

- Hola tío, no, pues aún no lo sé, acabo de dejar a Victoria en su casa, y creo que se avecina tormenta, ¿estás con la señora Catherine?

- Sí, ven aquí y hablamos, querida. - Cuelgan y enseguida Heriberto entra en el garaje de la casa de Catarina.

- Ven hijo mío, ¿qué pasó? - preguntó Afonso esperándolo en la puerta.

- Tío, ella le va a preguntar, le va a pedir que termine con eso, y por lo que me dijo no se va a ir así como así.

- A Osvaldo le gusta el status de tener a mi hija a su lado, le gusta el glamour que ella le da. - habló Catarina mirando a los dos.

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