Vivían dio a luz a un hermoso niño, Federico estaba muy feliz con su hijo en brazos, y con los ojos llorosos la miró a ella, que sabía cuál era la petición, y asintió dándole permiso para ponerle nombre a su hijo.
- Se llamará Caetano, Caetano Rivero Salas.
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...
Cinco años después
El tiempo fue pasando, y con él la vitalidad del galán Federico, que estaba totalmente dedicado a su hijo, el trabajo pasó a ser un segundo plan, Caetano era la luz en los ojos de Fred, a medida que pasaba el tiempo, Vivían iba creciendo en el trabajo, estaba en el puesto que siempre había deseado, era la directora ejecutiva del departamento comercial de una cadena de grandes almacenes Wallspress, y su vida era el trabajo, o eso pensaban todos.
Federico, después de salir del trabajo aquella tarde, recogió a su hijo del colegio y, como de costumbre, fueron a merendar, y uno de los lugares favoritos de Caetano era un merendero cerca de la playa.
Federico fue a por más servilletas para limpiar el estropicio que su hijo había hecho con el helado y cuando volvió su hijo miró por la ventana y dijo que su madre estaba allí.
- Mamá, allí en el transformador, papá, allí en el amarillo. - el niño señaló un jeep amarillo rummer, Federico miró y sólo vio el coche.
- Hijo, mamá está trabajando ahora, no puede venir aquí, su trabajo es importante. - Federico miró y vio el coche alejarse rápidamente, y sí había visto a un hombre al volante y una mujer a su lado.
La tarde fue rápida, eran casi las siete cuando Cristina llegó para ver a su hermana y a su sobrino. Llamó, la puerta se abrió y escuchó la pelea y entre Vivían y Federico.
- Yo no quería esto, ¡no fue como dijiste! - caminó de un lado a otro de la habitación.
- Ah, sí, yo estoy aquí cuidando a mi hijo y tú lo que estabas haciendo de todas formas, ah claro, dárselo al jefe del departamento financiero. Por favor Vivían, no soy estúpido, sé que no hemos sido pareja durante mucho tiempo, pero por decencia podrías haberme dicho que ya no estábamos juntos.
Federico estaba hecho polvo, tenía en la mano un vaso de vino, ya se había bebido dos botellas. Aun así siguió hablando.
- Sabes que lo que más me dolió no fue el hecho de que me engañaras, sino que mi hijo te viera en el coche con otro hombre.
- Vaya, ¡ya veo que he llegado en el peor momento! - dijo subiendo y mirando a su hermana y a su cuñado.
- ¡Hola Safada! - dijo Cristina a su hermana
- ¡Hola gilipollas! - le respondió Vivían
- Hola Cris, ¿sabías que soy el cornudo del día?
- Hola Federico, ¿supongo que te has enterado de lo de James? - dijo ella.
- Ah, por supuesto, la terca hermana sabía que la hermana era una traidora, y yo cuerno el último a saber, que la belleza, que quiseres aquí? Decir que habías avisado, ah sí, creo que esa frase sería para mí, lo tonto, que lo dejé todo, pero esto no es así, mi hijo y yo nos quedaremos, y tú, Vivían, puedes recoger tus cosas y largarte de aquí.
- ¡Eh, esta es mi casa también, y no voy a dejar a mi hijo!
- Para salir de fiesta con tu amante, ni siquiera pudiste recoger a tu hijo del colegio, y ahora quieres derechos.
- El tiene razón, Vivían -dijo Cris mirando a los dos-.
- ¿De qué lado estás ahora, Cristina?
- Del lado de nadie, necesito un lugar donde quedarme, acabo de terminar mi relación con Diego, de verdad ahora, se acuesta con mi entrenador personal, y eso fue demasiado.
- ¿Diego es gay? - Federico mira riendo.
- Gay, no creo, creo que bisexual, porque le gusta hacer cosas deliciosas en la cama conmigo, pero también le gusta estar con hombres, por eso se fue de casa, y vino aquí.
- ¿Qué es esto, la casa de los traicionados? Quédate aquí, y tú Vivían, quédate en la casa de la piscina, así ganamos todos, no creas, me estoy volviendo blanda, me estoy volviendo descuidado, incluso, si fuera en otros tiempos.... - le hubieran interrumpido.
- Le hubiera partido la cara a James por la mitad y hasta matado a Vivían¡ - hizo una pausa, miró con ganas de reír a Federico y él habló.
- Y para vengarme aún más me acostaría contigo en la cama en la que duermes con tu hermana.
- Basta, ustedes dos, esto se está convirtiendo en una película de drama mexicano al estilo Cantinflas, por favor, Fred, no quería lastimarte, pero lo nuestro ya no funcionaba, Y Cristina se puede quedar, yo me voy a la casa de la piscina, ¡Fred tiene una cosa más!
- ¡Si me dices que estás embarazada, te mato!
- James viene mañana a desayunar con nosotros. - Cristina se rió y dijo.
- Familia moderna, esta es la nuestra, vamos a jodernos y a ganar más.
- Por lo menos Vivían, está con un hombre, y a mí me siguen gustando las mujeres, pero la verdad si estuviera con otra mujer no estaría nada mal, me encantaría verlas a las dos teniendo sexo, estaría en el sofá viendo como se pagan las delicias la una a la otra.
- Federico callate. - Vivían, se puso roja.
- ¿Cris me va a decir que vio a Diego con ese otro tipo? - No se dio por vencido y ahora era él quien se reía.
Después de que todos se durmieron, algunos se revolcaron en la cama, uno de ellos se fue a beber a la piscina, y así siguió la noche, eran casi las 8 cuando Federico abrió la puerta.
- Ah eres tu, pasa James, Vivían vive en la casa de la piscina, asi que cuando vuelvas entra por la otra puerta ok.
- Hola Federico, no hay problema, veo que ya sabes?
- Saber esto es tan claro como el agua. Idiota, entra, vamos a tomar un café en el balcón.
- Fred, cuando llegué había un tipo fuera, ¡creo que esta carta es para ti!
James le da la cara, Cristina que bajaba las escaleras junto con Caetano miraba la escena y se reía, era divertidísimo todo aquello, realmente una familia más que moderna.
- Papá buenos días, hola chico transformer, ¿vas a besar a mi madre otra vez?
- Buenos días Cae, James es el novio de mamá ahora, yo ya no lo soy, ok, hablamos de esto ayer ¿recuerdas?
- Oh si, entonces sal con tía Cris, a ella le gustará besarte, papi. - dijo la verdad con inocencia.
- ¡Tienes algo importante, Federico! - dijo Cristina para no darle importancia a lo que decía Caetano.
- Una carta de inmigración, tengo que ir allí, mi visado aquí se está agotando.
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