Hipnotizada I

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Victoria Sandoval, una joven prometedora en el mundo de la moda, modelo de la famosa marca que lleva su nombre, la casa de moda Victoria es de la familia Sandoval, su madre que tenía una vida trabajando con la moda, vio en su hija una inspiración. Victoria ama lo que hace, y aprendió muy pronto sobre la fama, el dinero y el interés, pero siempre tuvo un vacío en su vida, la ausencia del padre, y cuando salía con el joven futbolista, pensó que su vida sería mejor, hasta que Osvaldo la traicionó con su mejor amiga, dejando a Victoria al borde de los ataques de pánico y cerca de la depresión.

Fue entonces cuando Carmen decidió alejar a su hija de las pasarelas, dejándola que se ocupara únicamente de sus diseños y creación, algo que a Victoria le encantaba hacer, pero cuando el psicólogo de Victoria dejó de verla por motivos personales, le recomendó un nuevo médico, un psiquiatra y neuropsicólogo, Heriberto Ríos Bernal, un médico reconocido y muy respetado en la zona, y ese día Victoria tendría su primera sesión con él.

- Hola, ¡tengo cita con el doctor Ríos! - dijo mirando a la secretaria.

- Buenas tardes, señorita Sandoval, sí por aquí, el doctor la atenderá enseguida, siéntase como en su casa.

Victoria miró la habitación con admiración, era un lugar sobrio, pocas imágenes, paredes de colores fríos, al fondo una mesa con diplomas en la pared oscura, dos sillas y un pequeño refrigerador, un librero con grandes divisiones con adornos metálicos. Entró en la habitación, pero ella no se dio cuenta de su presencia, él caminó hacia donde estaba ella.

- ¿Te gusta lo que ves? - dijo, de pie, con las manos en los bolsillos.

- Hola. - ella se dio la vuelta con una hermosa sonrisa. - No te había visto venir.

- Esa era la intención, venga, hablemos. Tu terapeuta me dio tu opinión médica, toda una vida, ¿de qué quieres hablar hoy?

- No sé, estoy muy cansada de la vida.

- Victoria.... - la llama a modo de advertencia.

- No, no es eso, no quiero quitarme la vida, simplemente estoy cansada de mi vida, Osvaldo sigue intentando hablar conmigo, quiere disculparse, pero realmente no me importa.

- Empecemos por ahí, cuéntame cómo era tu relación con él.

Victoria comienza a contar, desde que conoció a Osvaldo, el inicio de su relación, las cosas que les gustaba hacer juntos, los viajes, las fiestas y luego la traición, pero la misma Victoria dijo que no era la primera vez.

- Bueno, vemos que su relación con él tiene algo inconcluso, ¿y si cena con él para acabar con todo?

- Podría ser, pero él es muy seductor.

- Puedes cenar en un sitio donde te sientas a gusto, en tu zona de confort, ¿qué te parece?Ella sonrió, Heriberto sentía algo por ella, aunque no podía darle lo que quería en ese momento, porque sí sentía atracción por ella, quería proteger, abrazar y cuidar a Victoria. La sesión terminó, Victoria se fue a su casa y llamó a Osvaldo, quedaron en cenar al día siguiente.

[...]

Al día siguiente Victoria salía de la oficina y decidió ir al mercado a comprar algo que quería para hacer la cena para ella y Osvaldo. Entró al estacionamiento y cuando menos se lo esperaba, lo encontró parado sonriente mirándola en la entrada.

- ¡Hola Dr. Ríos!

- Solo soy Heriberto, como estas Victoria. Veo que vamos al mismo mercado, ¿vives cerca de aquí?

- Sí, vivo en el condominio al final de la calle, ¿y usted?

- Yo vivo por allá. - señaló un gran edificio al final de la misma calle, pero en dirección contraria a Victoria.

- Vaya, qué coincidencia. - sonrió y juntos entraron en el mercado. Heriberto estaba en el estante del pan cuando ella volvió a acercarse a él.

- Aquí nos chocamos demasiado. - dijo riendo.

- Sí, me encanta el pan de almendra. Siente lo bien que huele.

- A mí también me gusta, y tengo el último aquí.

- Ah, júrame qué aburrido, sólo lo hacen dos veces al día, y hoy ya no hay, - dijo ella, haciendo pucheros.

- Podría renunciar a mi pan, sólo por ver una sonrisa en su cara que se ilumina cuando se ríe. - Victoria se pone rosada con él mirándola, después de un rato Heriberto deja el pan en su canasta, y caminó hasta el estacionamiento y la vio subirse al auto y salir del lugar. Heriberto regresa a su casa y se queda mirando a lo lejos, toma su celular y mira los documentos que le enviaron y sonríe haciendo una llamada.

[...]

- Victoria, ¿qué ha pasado? - dijo Carmen aterrada al encontrar a su hija en el hospital.

- No lo sé madre, vino a cenar, yo estaba recogiendo todo y ahora estaba aquí, ¡no recuerdo nada!

- Señora, tranquilícese su hija está en shock, aún no sabemos que ha pasado, pero siento comunicarle que Osvaldo acaba de fallecer.

Carmen mira a su hija, Victoria aún tenía sangre en las manos y en la ropa, pero la sangre no era suya, y ni siquiera ella podía explicarse cómo sucedió todo aquella noche. Carmen coge el móvil y llama a Heriberto. Sin embargo, él estaba entrando en el hospital en ese momento y se detuvo delante de Carmen.

- Doctora Ríos, ella no recuerda nada, no sabe cómo Osvaldo llegó muerto aquí, no sabe cómo sucedió todo.

- Cálmese, yo lo resolveré. - Entró en la habitación donde estaba Victoria y el policía que estaba a su lado salió de la habitación.

 - Entró en la habitación donde estaba Victoria y el policía que estaba a su lado salió de la habitación

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- ¡Victoria! - ¡Habla llamando su atención!

- ¡Heriberto!

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