Las ruinas del tiempo II

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2 - Antes del Refugio

Refugio Chavero, después de sufrir algunas decepciones en su vida, el fin de su matrimonio, y sufrir mucho con sus hijos, ahora estaba bien, su relación con el juez Julián Corona, iba bien, los hijos casados y siguiendo sus vidas, siempre que podían se reunían para celebrar la vida.

- Refugio, hoy vamos a comer a casa de Lucero y Edmundo, según él tendremos sorpresas.

- Sí mi amor, así es, ¡pero creo que ya sé lo que es! - ella sonríe y abraza a Julián.

- ¿Has pensado en lo que te dije de regresar a la escuela? ¿Sobre ir a la facultad de derecho?

- Julian, ¿me estás diciendo que vuelva a la escuela y estudie derecho porque te ayudé con esa demanda? - lo dejó y caminó hasta la cama donde se volvió a acostar, aún era temprano y el domingo estaría muy ocupado.

- Refugio, no hagas eso amor, ¡ya sabes que no puedo resistirme cuando haces eso! - se quitó la bata y se dirigía hacia la cama.

- No estoy haciendo nada Julián, sólo quiero dormir un poco más. - ella solo llevaba puestas las bragas y estaba tumbada en la cama de lado, momentos antes se había levantado para darse una ducha, pero él la interrumpió, y solo hizo una higiene y volvió en bata para saber por qué la llamaba.

Cuando se acuesta encima de ella y comienza los besos calientes de amor, y terminan haciendo el amor, pero no todo eran flores en el actual matrimonio entre ellos, había mucha inseguridad por parte de Julián, algunas peleas era para que Refugio dijera quién era el verdadero padre de Patricio, el primogénito de Refugio. Y cuando él se enteró, o mejor dicho, cuando ella recibió un telegrama avisándole de la muerte de un amigo, y se volvió, supo quién era su gran amor y estaba muerto. Aquello no sólo fue el fin de un gran amor, sino también el fin del matrimonio de Refugio y Julián años más tarde.

Refugio con el paso del tiempo terminó aceptando regresar a estudiar, Patricio, que también lo había hecho, ayudaba a su madre cada vez que se lo pedía, porque ella no quería molestar a su esposo con algunas cosas, y el hijo siempre estaba pendiente de ella.

Julieta siempre estaba con su amiga, estaban más unidas que nunca, y además de ser confidentes, Julieta hablaba de todo, del negocio, de la familia y de su marido, estaba muy contenta, Refúgio siempre la ponía al día también, pero no siempre su conversación era alegre, como confidentes ambas contaban las penas de la vida en general.

- ¿Estás segura de que lo haría?

- No lo sé, está distante desde que le conté de la muerte del padre de Patricio, está aprensivo conmigo, y desde que mi hijo me ayuda más cuando tengo que estudiar se molesta conmigo.

- Amiga, tienes que entender que Julián te quiere, y se molesta porque no le pides ayuda con tus cosas de la universidad, pero por tu hijo, ese refugio, tiene que cruzar la ciudad para ayudarte, deja a su esposa e hijos para venir aquí después del trabajo, claro que Julián se molesta, él está contigo.

- Julieta asintió, dejando a su amiga aún más culpable.

Y durante algunos años la vida de Refugio fue así, casa, familia, estudios y su marido, que cada año se volvía más exigente. Era la niña de los ojos de uno de los profesores de la universidad, el juez Homero Franco, que siempre la ayudaba, le daba consejos, libros, era una relación de padre e hija, veía en ella a la hija que un día perdió, y veía al padre que nunca tuvo.

- Vas a ser una gran licenciada Refugio, sé que lo eres, y de hecho ¡me gustaría tenerte algún día como defensa o acusación en mi juzgado! - habló y la hizo tímida, siempre hacía eso.

- Algún día quién sabe señor, sería un honor, pero hasta llegar a ser defensa o fiscal necesito recorrer más caminos y tener más experiencia.

-Julián debe estar muy contento, siempre dijo que recibió una ayuda especial en el caso de Boulders contra Palmares, que usted le mostró los lados.

- Necesitaba una visión desde fuera, y eso es lo que hice, le ayudé a ver mejor las pruebas de las dos familias.

- Esa esencia que tienes Refugios, de ponerte en el lugar del otro, de ser empático en todo, eso es lo que necesitamos en Derecho, no sólo ver los bandos, juzgar mirando lo posible, no sólo una cara de la moneda.

Así pasaron algunos años, hasta el día de la graduación de Refugio, ella vibraba, feliz, sus hijos y nietos con ella, sus amigos y Julián y su amigo Homero. Todo parecía hermoso. Solo lo parecía, era feliz sí, pero algo la seguía entristeciendo cuando miraba al hombre que aún amaba, aunque se había alejado de ella.

- ¡Estás preciosa Refugio! - la miró con cariño.

- Gracias por todo, siempre hiciste lo mejor por mí, pero me faltó algo, ¿no?

- No, estamos bien así, siempre seré tu amigo, ya lo superarás.

- Julián quiero...- no la dejó hablar, le dio un fuerte abrazo.

- Después de tu graduación, ¡sí!

La fiesta fue hermosa como siempre y luego él la dejó, sólo quedó el cariño y la amistad, ambos siguieron con sus vidas. Siempre juntos los Chavero festejaban cada vez que podían, incluso cuando Refugio fue nombrado fiscal adjunto.

Ella esperaba ansiosa la llegada de su mejor amigo para que juntos acudieran al tan soñado nombramiento de los mejores abogados que entrarían en la fiscalía del estado.En cuanto a Ferrer... su primera fue complicada.

 su primera fue complicada

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