Enséñame a amar - Cristina y Frederico V

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5 - Habitación de la pareja


Penúltimo capítulo

La abraza y la besa con ansia y es correspondido con la misma intensidad.

- Federico, yo... - ella sigue besándolo y pronto él la lleva al interior de la casa, ella siente que va a otro sitio cuando él se detiene y la deja en el suelo.

- ¿Puedes quedarte aquí un momento, Cris? - ella dice que sí, él abre la puerta de una habitación doble que da la impresión de no haber sido utilizada nunca.

- ¿Qué hay aquí? - ella, ligeramente intoxicada por los tequilas que ha bebido, siente que algo va a pasar, algo que, en el fondo, siempre ha deseado. - Fred ¿nos vamos a querer aquí?

Federico vuelve y la levanta a ella, que está parada en el marco de la puerta, corrió y tomó de cerca de la cama una foto de Vivían, él y Caetano. Ella lo abraza y aunque sabe que el deseo está hablando más fuerte, se siente libertina.

- ¿Usamos la habitación de la pareja?

- Sabes que desde que se quedó embarazada y nos mudamos aquí no hemos vuelto a dormir juntos, esta habitación de pareja nunca ha sido utilizada. - dice besándole el cuello y oyéndola gemir suavemente.

- Fred yo...

- Lo sé, yo también. - Comienza a abrirse la camisa rápidamente para quedar desnudo junto a ella.

Con delicadeza la tumba en la cama y comienza a hacer un rastro de besos por su pierna derecha, hasta llegar a la Y de la unión de sus piernas. Allí la besa delicadamente y siente cómo Cris se retuerce en la cama y jadea.

Federico besa su vientre, luego inhala el perfume del cuerpo de Cris entre sus pechos, y luego uno a uno recibe especial atención de él. Le rasca la espalda y tira de él para que le bese la boca.

- Te he deseado desde siempre.

- Y te deseo a ti. - Ella entrelaza sus piernas en él y prontamente el encaje entre ellos es completo, como un rítmico latido de deseo se mueven.

Él entra en ella, tranquilo y lento, ella le atrae hacia un beso, y él se mueve, siente las uñas de ella, recorrer su espalda, intensifica los movimientos, más rápidos y fuertes, ella mueve sus caderas a la vez.

Él entra en ella, tranquilo y lento, ella le atrae hacia un beso, y él se mueve, siente las uñas de ella, recorrer su espalda, intensifica los movimientos, más rápidos y fuertes, ella mueve sus caderas a la vez

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-Federico eres mía...ahhhhh

- ¡Soy el hombre que te desea, que está enamorado de ti!

- ¡Te adoro!

- Te vas a derretir por mí Cris, oh sí. - La giró encima de él, la cogió por la cintura, ella sonrió y comenzó a subir y bajar, cabalgando sabrosamente, fue aumentando el ritmo, mientras él se dedicaba las caricias en seis pechos, pasando de ellos a la espalda, al culo, no había lugar que no acariciara, demostrando que ella era suya, sólo suya. Presintiendo que los dos pronto llegarían al clímax, ella se inclinó, con los movimientos más intensos, él se llevó un pecho a la boca, ella gimió fuerte y ambos alcanzaron juntos el clímax más delicioso y placentero, y como un susurro ella le llamó.

- Federicooooo

- Cristina, ¡eres perfecta! - ella lo abrazó fuertemente, y él sintió su cambio. - ¿Qué te pasa?

- ¿Cómo voy a decirle a mi hermana que estoy enamorada de su ex marido? ¿Cómo voy a mirar a mi sobrino y decirle que soy la nueva novia de su padre?

- Oye, cálmate, todo va a estar bien, vamos a estar bien. Vivían y yo estamos separados desde que nació Caetano, vivíamos en la misma casa, eso es todo, siempre ha sido así y tú lo sabes, claro que no me gustaba ser el último en saber que estaba con otro hombre. - Chris se tumba en la cama incómodo por la conversación que estaban teniendo después de amarse.

- Fred, lo sé, pero todo es complicado. - Ella se zafa de sus brazos y se sienta en la cama, tirando de la sábana para taparse.

- ¿Complicado qué, Chris? Somos adultos y sí, estamos enamorados, no veo qué tiene de complicado, soy el ex de tu hermana y además sabemos que no hay vuelta atrás, ¡James y Vivían se van a vivir a Londres y Caetano y yo regresamos a México!

- ¿Qué pasa? ¿Vuelves a casa?

- Sí, tú vives allá, tú vienes aquí solo a hacer algunos trabajos, yo tengo más condiciones allá que aquí, tengo una finca que atender, porque mi padre se está jubilando, mi madre lo dejó por otra mujer, eso hasta ahora ni lo entiendo muy bien. - se sienta a su lado y la atrae hacia sus brazos. - Podemos vivir en la ciudad, sabes que tengo una casa allí, ¿verdad? Tú trabajas y yo administro la granja, y los fines de semana vamos allí, ¡en vacaciones viajamos juntos mientras Cae se queda con Vivían! - hablaba tan esperanzado como un adolescente que acaba de conquistar a su primera novia.

- Vaya, ¿lo tenías todo planeado desde cuándo?

- Desde que cruzaste esa puerta y llegaste a mis brazos. - le mordió la punta de la oreja. - ¿Y luego casarte conmigo?

 - ¿Y luego casarte conmigo?

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