Después de todo lo que Victoria y Heriberto han pasado, su dolor, sufrimiento, juntos han encontrado el amor, la felicidad y una familia. Sabrán como el amor lo cura todo y entrarán en sus corazones con amor verdadero.
La relación de Victoria con María, Max y los nietos, el tratamiento de Fernanda y su vida de casada con un cantante que está siendo reconocido por el público y comienza a llamar la atención, lo que hará Osvaldo cuando regrese y descubra que su familia ya no existe, que hay otra en su lugar.
Todo esto es lo que te tenemos preparado, una nueva visión del final de Triunfo del Amor.
Historia escrita con una compañera increíble, mi mayor amor, mi corazón de dragón. Catekila
Heriberto: mi amor, ¿a dónde debo llevar a la madre de los novios, ahora que se acabó la fiesta?
Victoria: Bueno, podemos ir a la mía o a tu casa. ¿O tienes algo en mente?
H: Tengo una casita en Valle de Chalco, y me encantaría que aceptaras pasar unos días conmigo ahí. Solos tú y yo. - Ella sonrió amablemente y asintió. - Bueno, podemos ir hoy o mañana temprano.
V: ¿Qué nos impide irnos ya de aquí? - soltó una sonora carcajada que la hizo reír a ella también, Max que se estaba despidiendo de todos, todos los miró.
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Max: Que yo sepa la razón de tanta alegría.
V: La vida, mi amor, los niños, y un nuevo comienzo para todos nosotros. - Lo besó y lo abrazó fuerte. - Se feliz hijo mio.
Max: Lo mismo va para ti, si. Se feliz.
H: Max voy a salir con tu madre, estaremos unos días fuera.
Max: ¡Con una condición!
H: ¿Qué?
Max: Hazla feliz siempre, esa sonrisa tan bonita y sincera que tiene. - Señaló a Victoria. - Siempre quiero verla aquí.
H: Siempre. - Salieron de la fiesta de la moda francesa sin despedirse de nadie más, además de Max y María, fueron a casa de Heriberto y cogieron una pequeña maleta, luego a casa de Vicky, que tardó un poco más, porque decidió ducharse primero.
Después de casi una hora, bajó, estaba preciosa, un vestido marrón, tacones y el pelo suelto.
H: Guapa como siempre. - la miró bajar las escaleras, asombrado con ella. - No llegaremos a la casita, te llevaré a mi casa.
V: Ni se te ocurra que quiero ir allí. - Ella le besó y le susurró algo que él se mordió los labios. - Os quiero allí en la casita todos estos días, los dos solos. Cariño, no llevo nada debajo.
