Carolina y Geraldo ambos en mesas separadas miraban como María y Esteban se besaban amorosamente, y claro estaban juntos y enamorados y eso no lo iban a permitir.
C: Así que por eso me dejaste San Román, por eso, pero no se va a quedar así, no de verdad. - Dijo enfadada, ya pensando en un plan para separarlos a los dos.
G: Ay María, por qué tuve que dejarte ir, no sabes cuánto lo lamento, pero te voy a reconquistar, así como dos y dos son cuatro.
María y Esteban salieron del restaurante rumbo a la casa de ella, cuando llegan María le muestra su casa y él queda impresionado, ella siendo una arquitecta reconocida tiene una casa clásica pero a la vez moderna.
E: Tu casa es preciosa, me imaginaba como tu siendo María Fernández "La arquitecta", pensaba que tu casa sería más atrevida. - Ella sonrió y siguió mirando la casa.
M: Me gusta hacer los deseos de mis clientes, ya esta casa es mi deseo, clásica pero moderna. Igual que yo, ¿quieres tomar algo? - Pregunto y dirigiéndose hacia un mini bar que había sirvió un vino y tomo uno para él y otro para ella.
Y: Maria, quiero que sigas con el proyecto del hotel, pero tambien que tu, quiero que seas mi mujer, mi compañera, la madre de mis hijos. - Tomó un sorbo de vino mirándola y ella hizo lo mismo, dejó la copa y se acercó a ella, le quitó la copa de la mano y la abrazó por la cintura.
M: creo que vamos demasiado rápido, me gustas, me atraes, me intrigas, pero vayamos despacio si. - Ella le abrazó y le besó el cuello susurrándole algo delicioso al oído que se rió y asintió. Ella le cogió de la mano y le condujo al exterior de la casa, allí había un jacuzzi, listo ya que ella les estaba esperando. - Quédate aquí vuelvo enseguida, puedes entrar ahí. - ella se fue, tardó unos 10 minutos y volvió con un bikini rojo, más que sexy Esteban estaba sentado en el borde y la miraba fijamente, su cuerpo es hermoso, perfecto, curvilíneo, María era pequeña, pero tenía sus atributos, unos pechos perfectos que cabían justo en la mano de Esteban, sus piernas torneadas que eran magníficas con un tacón del 15.
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E: Estás jugando sucio conmigo María. - habló dulcemente con deseo en los ojos.
M: Bueno, te he preguntado si querías meterte en el agua conmigo. Eso es todo, ¿o creías que me iba a meter así desnuda contigo. - señalando su erección que pedía espacio en su ropa interior, era más que visible, ella sonrió y él miró su miembro y sonrió. Se acercó a él y la ayudó a entrar, el agua estaba a temperatura ambiente, ni muy caliente ni muy fría. Ella entró y él la atrajo hacia sus brazos, se besaron. Esteban recorrió con su mano todo el cuerpo de María, que estaba encantada de que estuviera allí con ella.
E: Estoy enamorado desde la primera vez que te vi, no quiero nada más que a ti. - Le besó el cuello mientras hablaba.
M: Cuando estuvimos juntos en Nayarit, pensé que sería una más de tus conquistas, y por eso no me quedé, pensé que solo sería una noche, pero yo también que te quería y te quiero. - ella llevó su mano a la nuca de él y la acercó hasta casi tocar sus labios. - Si me quieres, si me quieres de verdad tendrás que conquistarme porque yo solo encuentro deseo y atracción física ahí fuera. - la besó fuerte y apasionadamente uniendo sus cuerpos.
