Capítulo 42

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Siento la respiración lenta y pausada de Pedri en mi oreja haciéndome cosquillas.

Abro los ojos lentamente y cuando logro enfocar mi visión recuerdo que estamos en su habitación.

Veo un despertador que estaba sobre la mesita de noche de mi lado que marcaba casi las 10 a.m

Casi me da un paro cardíaco pensando en que íbamos media hora tarde hasta que recuerdo que había entreno hasta dentro de unas horas.

Estaba en el proceso de estirarme- aún entre los brazos de mi novio que me tenían presionada a su pecho- cuando de repente lo recuerdo.

Hoy era 23 de Agosto, es decir, cumplíamos nuestro primer mes juntos.

Una sonrisa se dibuja en mi rostro y me doy la vuelta en la cama lentamente para no despertar a Pedri. Él ni se inmuta y finalmente puedo ver su cara.

Su cabello, que estaba creciendo bastante rápido, lo tenía completamente desordenado y apuntaba en todas las direcciones.

Sus cejas que tanto me encantan estaban ligeramente fruncidas, sus ojos cerrados y su boca entreabierta.

La sábana lo cubría de la cintura para abajo, en donde dado por los eventos de ayer en la noche, aún seguía completamente desnudo, al igual que yo.

Acaricio su mejilla lentamente.

–Te saldría mejor sacar una foto, así te duraría para siempre– dice con voz ronca haciéndome saltar en mi lugar, él abre los ojos un poco y ríe.

–Idiota, me has asustado– golpeo su hombro desnudo y una sonrisa se dibuja en su cara.

Coloca una de sus manos en mi cadera, que estaba cubierta por la sábana.

–¿Gruñona tan de mañana?– pregunta viéndome con los ojos aún entrecerrados y algo hinchados.

–Lo dejo pasar porque hoy es un día especial– digo acariciando su barbilla.

–¿Qué hay hoy?– pregunta frotando su ojo derecho.

–¿En serio no sabes?

–No tengo ni idea de qué fecha es hoy– pauso mis caricias en su barbilla.

–¿Estas de coña, no?– pregunto presionando la sábana a mi pecho mientras me siento–. ¿Lo has olvidado?– la tristeza y decepción se hace presente en mi voz.

–Es broma, amor– se sienta al igual que yo para abrazarme.

–Eres un bruto, Pedro González– le golpeo la espalda y él me vuelve a tumbar en la cama mientras ríe y me abraza más fuerte.

–Por nada del mundo se me olvidaría que hoy se cumple un mes desde que me he sometido a ti– lo golpeo más fuerte.

–Idiota– respondo con una sonrisa.

–Y lo haría mil veces más, así de loquito estoy por ti– aparta el cabello de mi cara poniéndolo detrás de mi oreja–. ¿Por qué crees que te rogué para que te quedaras a dormir conmigo ayer?

–¿Porque querías follar conmigo?– pregunto y sus mejillas se tiñen de rojo.

–¡Amaia, no!– aparta la mirada, avergonzado.

–A ver, dime por qué– tomo su barbilla para que me mire.

–Para despertar junto a ti hoy– sonríe tímidamente.

–Eres una ternura, mi amor– lo tomo de la nuca y junto sus labios con los míos.

Me sigue el beso y aparto la sábana de mi cuerpo de un tirón, dejándolo también completamente al descubierto.

Fate | Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora