Capítulo 67

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🎧 Cuéntale~ Quevedo

"Háblale del dolor de cuando nos despedíamos"

Amaia Martínez

Las despedidas eran algo que siempre odiaba y que seguramente siempre odiaré.

Por muy poco el tiempo que fuera, las despedidas eran siempre duras para mí.

Como ahora.

Estaba a punto de decirle adiós a Pedri por casi diez días. Y aunque fuera estar en Madrid, a solo una hora y media de distancia en avión, no significaba que me iba a hacer menos falta.

Me había acostumbrado a tenerlo siempre cerca y por su cara, puedo decir que para él también es un poco duro despedirse de mí.

–Voy a extrañarte, Pablito– abrazo al sevillano y él me envuelve en sus brazos fuertemente.

–Pues que mal, porque yo no– hace una mueca aburrida.

–¿Entonces porqué me abrazas como si fuera la última vez que me ves?– suelto una risita.

–Porque claramente estoy mintiendo y voy a extrañar mucho tu molesta presencia– hace un puchero y me abraza de nuevo.

–Espero te controles y nada de amarillas– le doy dos palmaditas en la espalda y ríe.

–No prometo nada, mamá– rueda los ojos.

–Hazle caso a tu niño, un poco más y se echa a llorar– susurra Eric.

Pedri a su lado estaba en silencio, viendo al suelo con las manos dentro de la sudadera café Balenciaga que le había devuelto y hoy estaba usando.

Camino hacia él hasta tenerlo de frente, saco sus manos de la sudadera y envuelvo mis brazos alrededor de su torso. Sus brazos automáticamente me envuelven fuertemente, siento su barbilla colocarse sobre mi cabeza y suspira.

–Yo también voy a extrañarte, mi amor– dejo un beso en su cuello y me separo un poco para poder ver su cara.

–Van a ser los peores diez días de mi vida– me da una sonrisa triste.

–Tú concéntrate en el juego, no pienses en mí.

–¿Cómo no hacerlo si tú eres mi amuleto de la suerte?– aparta un mechón de cabello de mi cara y me acaricia la mejilla.

–Ten por seguro que no me perderé ni un segundo del partido por la tele– acaricio su cabello que ya lo tenía bastante largo–. Además, estaré en el de Portugal.

–¿Lo prometes?– pregunta tomando mi mano y dándole un beso.

–Lo prometo, canario– sonríe un poco más animado y al final termina tomando mis mejillas para juntar sus labios con los míos.

Coloco mis manos en su pecho, tomo su sudadera en dos puños y lo acerco más a mí.

Nuestros labios se mueven en completa sincronía, lento, disfrutando del último beso que nos daríamos hasta que nos viéramos de nuevo en unos días.

–Te amo, Maia– susurra cuando junta su frente con la mía.

Su pecho sube y baja intentando recuperar el aliento.

–También te amo, Pedri– dejo un beso en su mejilla y él me vuelve a abrazar.

–Por más que no quiera interrumpir, ya debemos irnos...– dice Busi haciendo que nos separemos del abrazo.

–Vale, escríbeme cuando lleguen– le digo a mi novio, él asiente.

–Nos vemos en unos días, estrellita– me abraza Ferran.

Fate | Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora