Capítulo 100

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11 noviembre 2022

–Pedri...– murmuro y ni se inmuta–. Amor...– digo alargando la r, meto mi mano entre su cabello para acariciarle la cabeza.

–Mmm, eso me gusta– murmura escondiendo más la cabeza en mi cuello.

–¿Entonces si estás despierto?– pregunto deteniendo mis caricias, él mueve la cabeza hacia mi tacto para que siga.

–Depende de para que me quieras– murmura y suelto una risita.

–¡Pedro!– exclamo cuando hace un movimiento para chocar sus caderas contra las mías para sentir su erección, haciendo que mi risa cese de inmediato.

–¿Qué?– pregunta con un tono de voz inocente, le golpeo el hombro y en su cara se dibuja una sonrisita triunfal.

–Tan de mañana– murmuro por lo bajo.

–Tú eres la que me está toqueteando, no lo controlo– se defiende aún con la cabeza sobre mi pecho.

–El cabello– me defiendo ahora yo.

–Da igual, donde sea que me toques, tienes el mismo efecto– murmura y me sorprendo por lo hablador que se ha despertado.

–Joder– suspiro y ríe–. Vale, ¿entonces no vamos a la playa como habíamos planeado?– pregunto y él inmediatamente levanta la cabeza de mi pecho.

–Para eso si– me toma por sorpresa cuando me roba una presión de labios bastante larga–. De todos modos...– dice entre pausas por los besos–... te... haré... el... amor... más... tarde– me da otra presión larga.

–Pedri...– murmuro sobre sus labios.

–Ya, ya– dice besando toda mi cara–. No te emociones todavía– termina con un beso en mi frente y rueda hacia un lado para salirse de la cama.

–Gilipollas– le enseño el dedo medio y él ríe.

–Ya sabes que también te amo– canturrea.

–¿Va tu familia también?– le cambio de tema.

–Deja ya tu obsesión con mi madre– dice divertido pasando sus brazos por su cabello.

–Celoso– le recrimino mientas no puedo evitar ver su abdomen que se marca más al contraerse cuando levanta los brazos.

–Pilla, ya deja de verme que me pones nervioso– le lanzo una almohada y él ríe cuando la esquiva.

–¿Ahora tú te pones nervioso?– le pregunto levantándome de la cama con una almohada en mano.

–Me pones, y también nervioso, sí– mis mejillas se sienten calientes y me lanzo hacia él con la almohada.

El se baja a tiempo para que no le de un almohadazo pero me toma hábilmente de las piernas para lanzarme a su hombro derecho como un costal de patatas.

–Oh joder, Pedro, bájame– digo luchando con él.

–Venga, que nos espera un día maravilloso– dice para luego darme una nalgada en el culo, cubierto solo por mis bragas rosa.

–¿Ahora tú me apresuras a mí?– pregunto cuando me deja sobre la el lavabo, me bajo.

–Si, estás muy lenta por las mañanas– ruedo los ojos y le doy un empujón con mi cadera pera que me deje tomar mi cepillo de dientes del lavabo–. Y agresiva también– dice mientras se cepilla los dientes.

–Y tú muy, risueño, aunque usualmente gruñón– frunce sus cejas y ahora es él el que me empuja con su cadera–. Bueno... un poco gruñón– me toma de la cintura, me gira hacia él y aprovecha que no tengo el cepillo en la boca para plantarme un beso–. ¡Pedri!

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⏰ Última actualización: Oct 06 ⏰

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