Capítulo 96

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🎧Baila morena~ Héctor & Tito, Luny Tunes, Noriega

Baila morena, baila morena
Perreo pa' los nenes, perreo pa' las nenas

Amaia Martínez

Me remuevo en la cama, acalorada, sudando, mi cabeza dolía, mi cuerpo en general dolía y sentía como si tuviera fiebre.

Al moverme, Pedri me atrae mucho más a su cuerpo, acomodando su cabeza en el hueco de mi cuello. Intento soltarme despacio, para no despertarlo, pero no se mueve.

–Amor...– murmuro bajito pero como lo tenía cerca me iba a escuchar–. Pepi...– le sacudo un poco el brazo que tenía sobre mi cintura, el murmura algo en sueños pero no se despierta–. Amor– digo un poco más alto.

–Mmm, ¿qué pasa?– pregunta adormilado, su mano se afloja de mi cintura y me libero de su abrazo–. ¿Estás bien?– me pregunta extrañado al verme que lo aparto.

–No...– murmuro acomodando el gorro de mi sudadera que me estaba tirando del cuello.

–¿Qué tienes?– pregunta mucho más despierto, frotándose un ojo con el puño mientras se sienta en la cama y enciende la lamparita de la mesa de noche de su lado.

–No me siento muy bien– su mano se coloca delicadamente en mi frente y suspiro a su tacto.

–¿Te duele la cabeza?– pregunta, asiento–. Debes de tener un poco de fiebre.

–Voy al baño– le digo.

–¿Necesitas que te lleve?– pregunta, sonrío suavemente.

–Gracias amor, pero no es necesario– me muevo despacio en la cama hasta sentarme y que mis pies toquen el piso un poco frío.

Tardo un poco en darme cuenta de la rara sensación en mis piernas, frunzo el ceño y me saco la sábana. Casi me desmayo al ver que el interior de mis muslos estaban cubiertos de sangre, veo hacia atrás la sábana blanca, que ya no era blanca, era roja, roja por todos lados.

–¡Me cago en todo!– exclamo cerrando las piernas rápido, para confirmármelo el dolor en mi vientre se hace casi insoportable en ese mismo momento.

–¿Qué pasa, nena?– pregunta Pedri, lo escucho sacarse la sábana y se queda en silencio–. Coño...– murmura.

Me cubro la cara con las manos y empiezo a llorar. Lo escucho levantarse de la cama hasta que se coloca frente a mi.

–Amor...– murmura tomándome las manos para apartarlas de mi cara, me resisto–. Nena, no llores– se pone de cuclillas frente a mi para intentar verme la cara.

–Joder Pedri, que parece que han cometido un asesinato en las sábanas– el me acaricia el cabello–. Que me ha venido el puto periodo y estoy pasando una puta vergüenza.

–Hey, hey, ¿vergüenza porque?– pregunta acariciando mis piernas.

–No me toques, mis piernas están peor– murmuro entre suspiros.

–Maia... Maia, mírame– me saco las manos y me limpio las lagrimas, el toma mi cara con sus manos y deja un beso en mi nariz–. No tienes porque avergonzarte, ¿vale?

–Que lo he olvidado y ahora he echado a perder las sábanas– el niega.

–Le pudo haber pasado a cualquiera, y no te preocupes por las sábanas ¿vale?, se pueden reemplazar.

–Lo siento– me cubro la cara de la vergüenza.

–Amor, no tienes que pedir perdón por nada, no lo controlas tú, ya pasó, no te preocupes– me acaricia el cabello hasta que me tranquilizo.

Fate | Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora