Capítulo 64

3.6K 200 10
                                    

🎧 Ella, Remix~ Boza, Lunay, Lenny Tavárez, Juhn y Beéle

Me gusta cómo me habla, me gusta cómo me tiene
Me gusta lo que me hace, me gustan to' los weekene'

Amaia Martínez

–Vaya, vaya, qué sorpresa– dice mi padre alzando las cejas cuando nos abre la puerta principal.

Pedri y yo habíamos venido en uber hasta mi casa.

–Hola papi– lo abrazo y él me devuelve el abrazo, luego mira por sobre mi hombro.

–Buenas noches, sue... digo míster– se corrige nervioso.

–Suegro para ti fuera del campo– le da una pequeña sonrisa divertida al verlo nervioso.

–Buenas noches, suegro– mi novio le ofrece su mano pero mi padre tira de ella y le da un abrazo, dejando una palmada en su espalda.

–Pensé que no volvería a verte hasta las Nations League, Pedro– le dice a mi novio.

–Muchas gracias por tomarme en cuenta– Pedri mete las manos dentro de los bolsillos de su chaqueta negra.

–Te lo mereces, hijo– sonríe y luego me mira, frunce el ceño al darme un repaso.

–¿Tengo algo?– le pregunto divertida.

–¿Qué llevas puesto?– pregunta mi padre frunciendo más el ceño.

–¿Ropa?– digo divertida a modo de pregunta.

Llevaba puesta un top de seda verde oscura con escote drapeado, una falda corta negra y unas botas con un poco de tacón igual negras.

–Te ves muy guapa, cariño, ¿pero a dónde vais?

–Venimos a traer mi coche porque vamos a un club nocturno– mi padre alza las cejas.

–Joder Amaia, que no se repita lo de tu primera vez– lleva dos dedos al puente de su nariz y Pedri suelta una risita, ya era familiar con la historia de mi primera borrachera.

Al igual que toda la plantilla.

–Que no, papi. Soy muy responsable– suelto una risita tonta al recordar ese día.

–Claro, claro– dice sarcástico y se hace a un lado para dejarme pasar a buscar las llaves.

Cuando regreso estaba teniendo una conversación con Pedri, que se notaba un poco menos nervioso.

–Ya estamos– le muestro las llaves a mi novio.

–Cuídala, Pedro– mi padre le da dos palmaditas en el hombro.

–No se preocupe, suegro. No dejaré que nada malo le pase– le asegura mi novio con una sonrisa.

–Que os vaya bien. Y no te excedas– me advierte y asiento.

–Vale, te quiero– le dejo un beso en la mejilla y mi novio se despide de él.

Mi padre me abre la puerta del garaje de la casa y sonrío al ver mi Range Rover negra aparcada junto al coche de mi madre.

–Ven con mami– le quito el seguro a las puertas con una sonrisa.

–Vaya, no sabía que cuando hablábamos de tu "coche" hablábamos de una Rover– dice mi novio divertido.

–¿La llevas tú o yo?

–Dame, que hoy soy vuestro chofer– le tiendo las llaves y rodeo el coche para subir al asiento del copiloto.

–¿A quien buscamos primero?– pregunto poniéndome el cinturón de seguridad.

–Por la ruta nos sale bien buscar primero a Pablo y Aurora, luego a tu hermana– asiento y saca la camioneta del garaje.

Fate | Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora