Capítulo 17

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–¡Uno!– grito por quinta vez, un corillo de quejas se hace presente.

Al día siguiente de haber llegado a Dallas les tocaba entrenamiento a los chicos, iba a ser a puertas abiertas, pero por el calor que estaba haciendo iba a ser hasta la noche.

Así que estábamos aprovechando la última hora para relajarnos, pero los chicos estaban de todo menos relajados al perder contra mí cinco veces seguidas al Uno.

–No me jodas, estás haciendo trampa– Pablo lanza sus cartas a la pila y hace una mueca de enfado mientras se cruza de brazos–. Ya no quiero jugar.

–Seguro las está escondiendo– Pedri me señala.

–No es cierto– miento.

–A ver, ponte de pie entonces– me dice Eric.

–No tengo nada que probarles– me cruzo de brazos.

–Definitivamente las está escondiendo– afirma Ale.

–¿No pueden creer en mi palabra?– pregunto con falsa ofensa.

–No– dicen todos al unísono.

–Eso es traición– le digo a Pedri.

–Lo siento morena, pero es obvio que haces trampa– se encoge de hombros.

–Anda, levántate– me da un golpe en el hombro Nico.

–Que no, les gané, soporten– digo lo más neutral posible.

Pedri se pone de pie, coloca sus brazos debajo de los míos para levantarme.

–Anda, levanta– tira de mí pero me resisto.

–Eh, suéltame Ferran– digo cuando el nombrado me toma de los tobillos para ayudar a Pedri a levantarme.

Las cartas que deberían de haber estado en la alfombra no estaban ahí y río al ver sus caras confusas.

–No hay manera de que estuviera alucinando, yo vi que escondiste una carta– me acusa mi cuñado.

–Unas gafas como las del príncipe Eric deberías de conseguirte, te hacen falta– la falda cubre las cartas que se me han quedado pegadas a la parte trasera de los muslos.

–Tienen que estar por aquí– Pablo levanta la alfombra, los chicos empiezan a buscar también.

–¡Eh, atrapada!– exclama Ansu cuando una carta se desprende de mi muslo y cae al piso, los chicos voltean a ver a donde Ansu señala.

–¿Pero cómo ha llegado esa carta ahí?– pregunto haciéndome la sorprendida viendo la carta.

–Explica eso tú– responde Nico cruzándose de brazos.

–Ahí estabas sentado tú, explícamelo tú, tramposo– cambio mi peso de un pie al otro, mala idea porque caen tres cartas más.

–¡Las tiene pegada al culo!– exclama Eric.

–Que tramposa eres– se queja Pablo.

–No vale pegarse las cartas al culo– me reclama Pedri.

–¿Quién se ha pegado cartas al culo?– pregunta Geri entrando con Jordi y Busi a la habitación.

–Amaia– me acusan todos como niños pequeños.

–Son unos quejicas– digo volteando para fulminarlos con la mirada.

–No me sorprende, si es una gran tramposa y siempre lo niega– dice Jordi y Busi ríe.

–Les toca sufrir en el entreno de hoy entonces.

Fate | Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora