Capítulo 45

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🎧 Aquel Nap ZzZz~ Rauw Alejandro

"Aún siento mariposas cuando te tengo de frente"

Amaia Martínez

Siento que el coche disminuye su velocidad.

–Y la respuesta es, sí, ya llegamos.

–Por fin– tanteo con mis manos mis costados para poder desabrocharme el cinturón.

–Deja te ayudo– él aparta mis manos y segundos después me libero del asiento.

–Pedri...– giro mi cara hacia el lado en el que sabía que estaba.

–¿Si, amor?– pregunta.

–No quiero morir– suelta una carcajada.

–No vas a morir.

–¿Y sí, sí?– pregunto.

–Eres única, Maia– responde divertido–. No te muevas, que voy a ayudarte a bajar.

Escucho que abre su puerta y luego la cierra, el coche queda en completo silencio hasta que escucho que una puerta se abre, pero no es la mía, es la del maletero.

–Oh no, en serio voy a morir.

–Amaia, para– lo escucho decir con un tono divertido en su voz. La puerta se vuelve a cerrar y segundos después se abre la de mi lado–. Venga...– sus manos me toman de los antebrazos–. Cuidado te golpeas...– tarde, mi cabeza golpea el marco de la puerta al salir–... la cabeza. Bueno, ya que– empieza a reír.

–Idiota, no te rías– cuando estoy de pie siento una brisa cálida golpearme la cara.

–¿Qué haces, loca?– pregunta cuando hago ademán de correr.

–Instinto de supervivencia le llaman, Pedrito– respondo.

–Estoy del otro lado, cariño– lo escucho decir detrás de mí.

–¿Ya puedo quitarme la venda?– pregunto llevando mis manos a la venda.

–¡No!– exclama colocando sus manos sobre las mías para impedirme que me la saque.

–Vale, vale– digo levantando mis manos en señal de rendición apartándolas de mi cara.

–Que impaciente eres– responde.

–Pepi, ¿puedes sacar mi bolso? Ahí tengo mi móvil.

–No lo necesitas, si vas a estar dentro de una bolsa pronto– me vacila con tono serio.

–Me estoy acojonando, Pedro González y voy a correr– respondo dando un paso hacia atrás chocando con algo.

–Estoy tomándote el pelo Maia, no voy a matarte– lo escucho cerrar la puerta del coche–. Déjame...– siento que me cuelga el bolso del hombro derecho y me toma de la mano.

–Pedro, voy a caerme– empezamos a caminar y yo doy pasos temerosos al frente.

–Confía en mí, no te dejaré caer– me atrae a su costado y pasa su mano por mi cintura.

–¿Qué...?– pregunto al sentir que se me mete arena a las sandalias–. ¿Estamos en la playa?– mi pregunta es respondida por el sonido de las olas al llegar a la costa.

–Pensé que te habías dado cuenta desde que llegamos– me guía por la arena y escucho el mar cada vez más cerca.

–¿Vas a ahogarme? Grito muy fuerte, te lo advierto.

–Eso de que gritas muy fuerte ya lo sé– dice con tono pícaro en su voz.

–¿De verdad, quién eres? Haciendo bromas con doble sentido. Y no grito fuerte.

Fate | Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora