Sombra - Dahyun & Tú.

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— ¿Qué harías si fueras libre de todo esto? — Preguntó Dahyun de la nada, estando desprevenido ante aquello.

—Supongo que buscaría sentir algo real— Rasqué un poco mi cuello, en señal de nerviosismo inconsciente.

—Pensaba que no querrías tener nada más con nadie— Miré al espejo, mirando ella al suelo, más específicamente a sus pies.

—Es cómo querer estar estallar, siempre estoy a punto, aunque lo digo así realmente es como faltarme la chispa realmente— Suspiré, riendo mentalmente por aquella analogía tan mala.

— ¿Nunca te gustó Lily? — Cuestionó, mirándola raro. —Es cómo preguntarte si alguna vez te gustó Sana— Respondí en lo que creía era equivalente. —Pero yo no soy bisexual— Respondió seriamente, obviando el que esperase que no lo hiciera.

— ¿Tienes algún buen amigo chico? — Reformulé mi pregunta. Empezó a pensar. —Tenía algunas amistades antes de empezar a entrenar o debutar, supongo que hoy día eres mi mejor amigo chico— Explicó, nuevamente sorprendiendome por aquella sorpresa.

—Solo nos conoces bien desde hace un año— Aclaré el porqué de mi reacción. — ¿Es necesario mucho tiempo para conocer a alguien? — Refutó. —Se cosas de ti que ni Jihyo conoce— Me puso entre la espada y la pared.

—No puedo decir en contra de eso— Tenía su razón. —Bien, entonces, ¿Nunca te gusté? — Pregunté directamente, a lo que si sentí vergüenza en su ser.

—Si lo pones así… — Tragó saliva, haciendo que toda mi vista se dirigiera a ella. —Al recién llegar al ser el único extranjero, aunque fueras muy niño me pareciste lindo— Recordó.

—Con el tiempo solo coincidimos… — Empezó a pensar. — ¿Dos veces? — Me preguntó, queriendo corroborar memorias. —Creo que si, una vez en los salones de baile y la otra cuando chocamos por mi culpa en la cafetería pequeña— Empecé a recordar también.

—Tampoco tuviste la mejor primera impresión cuando de verdad te escuché hablar— Siguió con sus memorias.

— ¿Fué cuando Jihyo me molestó por haber estado con Jinni?  — Íbamos a la par, asintiendo ella.

—De ahí en adelante incluso me alejé más y más porque pensaba que esa era tu naturaleza— Suspiró ella.

—Unicamente me he sentido bien y feliz con Jinni y Sullyoon— Reí visiblemente. —Ambas del mismo grupo, supongo que no estarías tan mal con que me gustase alguien como Lily— Dije aún con aquella vibra de comedia.

— ¿Qué te detiene de que te guste? — Cuestionó, pareciendo interesada en mis verdaderos intereses.

—No me gusta toda persona cerca de mí— Empecé. —Lily es extremadamente linda y buena chica, quizá nunca la he visto de otra forma por todo esto, pensándolo más seriamente… — Empecé a analizarlo unos segundos.

—Creo que es más mi tipo que cualquiera— Alcé una ceja. —No sé si le guste yo siquiera— Me rendí sin siquiera analizarlo más.

—No pareces el mismo que mueve cielo y tierra para estar con alguien— Me miró raro. —Es trabajo, no te veo dando el cien por ciento practicando aquí— Lo comparé.

—Ya conozco que te gustó Jihyo, ¿Te gustó alguien más además de ellas y Jihyo? — Siguió con sus ganas. — ¿Eres de dispatch o me quieres extorsionar cuando debute? — Le cuestioné.

—Ya que estamos conociéndonos más, ¿Por qué no me cuentas estás cosas de tu vida tú? — Devolví la pregunta. —Además eres la mayor, por simplemente vivir más tiempo te habrán gustado más personas— La señalé.

—Estás hablando con la que su primer amor resultó ser un mujeriego tan joven— Me devolvió aquello.

— ¿Primer amor? — Me señalé a mi mismo. —El primero en gustarme— Se corrigió. — ¿Gustar? — Volví a señalarme. —Llamarme la atención— Finalmente lo dijo correctamente.

—Respondiendo a lo que me preguntaste— Me volví a acomodar, empezando a estirarme. —No, de momento no me gusta nadie de la compañía, ni Lily, ni ninguna de Twice, nadie, tampoco creo que seriamente me llegue a gustar nadie de la compañía— Pasé a estirar el cuello.

—Supongo que de llegarme a gustar alguien en la empresa, o sería demasiado obvio, o se los contaría a ustedes, o me lo sacarían, ustedes son mi debilidad— Añadí.

—Tampoco me gusta nadie, no es como que mi prohibición de citas haya acabado tampoco— Al decir aquello reí mucho.

—Practicamente me pagan por romper esos contratos— La miré con seguridad, volviendo a recordarle quién era y lo que hacía.