Sombra - Dahyun & Tú.

[1]

— ¿Con quién estás ahora? — Preguntó Jihyo. — ¿Conoces a la bailarina popular de Kai? — Cuestioné, levantando la cabeza mientras amarraba mis zapatos, viendo cómo las otras integrantes miraban atentas.

Ella asintió. — ¿te gusta o solo la estás convenciendo? — Interrogó. —No me ha gustado nadie desde que tengo quince— Revelé.

—Entonces actúas muy bien— Parecía no creerlo. —Desde lo de Sullyoon no he podido ver a nadie de otra forma más que trabajo— Me levanté finalmente.

—Estoy pensando en irme— Seguí revelando cosas, sorprendiendose todas. — ¡¿Por qué?! — Chaeyoung casi que se me abalanzaba encima.

Mientras veía de reojo a las demás, pese a las bromas y nuestra buena relación, Nayeon no podía ni verme a la cara.

—Llevo casi once años en esto y no tengo ni una mínima noticia de si llegaré a debutar— Tomé las manos de Chaeyoung, calmandola un poco, soltando mi camisa.

—Mi madre está a punto de tener otro hijo— Revelé para la mayoría, aunque no todas.

—Ya no quiero ser el que haga el trabajo sucio— Seguí sosteniendo las manos de Chaeyoung. —Pero… — Intentó pensar en algo Jeongyeon.

— ¿Planeas irte con toda la deuda que tienes? — Jihyo de entre todas conocía bien mi situación. —Mi silencio vale lo suficiente para irme con unos años libres— Sonreí, un poco falsamente, pero extremadamente convincente.

— ¿No puedes debutar en otra compañía? — Preguntó Dahyun, acercándose un poco. Negué. —Tengo el nombre manchado en todas las compañías, además, me harían la vida imposible— Miré a Jihyo de reojo pese a hablarle a Dahyun.

—Podemos hablar para ti— Nayeon parecía querer buscar una solución. — ¿No puedes quedarte con nosotras simplemente? — Sana preguntó. Tomé aire, suspirando.

—Si estoy cerca de la compañía me seguirán pidiendo cosas— Dije después de aquello. —Te entiendo si decides irte— Se acercó un poco Jihyo, abrazándonos tanto a Chaeyoung como a mí. —Aunque no solo a nosotras nos vaya a doler— Susurró, aunque Chaeyoung también lo oyó.

—O quizá solo me tome un tiempo— Lo pensé dos veces. El semblante de más de una cambió. —No es como que viva mal, me veo bien, en algún momento me saldarán la deuda o debutaré— Parecía haberme retractado de todo lo anterior.

—Creo que ya se me quemó un poco el chip de sentir culpa o sentirme mal en general— Nuevamente, mentí descaradamente, aunque siempre con un poder de convencimiento único de mi persona.

Verlas así si que realmente me hizo sentir mal, aunque no mentía en lo de sentirme culpable, hacia años que aquello había desaparecido después de tantas veces.

Me reconfortaba el hecho de saber que ellas conocían la verdad sobre mi, no me veían como el asco de ser humano que estaba obligado a ser en pro de influencias.

Aunque me comía el remordimiento de verdaderamente nunca haberme enamorado, o bueno, nunca haberlo demostrado. —Quizá algún día sea libre de verdad— Pensé en voz alta.

—Quizá algún día pueda amar de verdad— Miré a Dahyun disimuladamente, habiendo pasado la vista por otras, aunque parando en ella, además de decir aquello en español suave.