[95]

48 7 0
                                    

—No me quiero imaginar qué me harías si de verdad me visto como mujer— Me dejé caer en la cama, siendo ahora el último en darse un baño.

— ¿No estoy siendo demasiado rápida? — Cuestionó ella, sonando de verdad preocupada.

—Si fuéramos dos desconocidos si, cuando metes en el contexto que nos conocemos desde casi diez años, vamos incluso lento— Dije mirando al techo.

—De hecho nuestra relación es de lo más caótico que podría haber pasado, aunque soy bisexual y por obligación había sido el pasivo, tú aquí eres la hombre y activa— Expliqué.

—Supongo que por eso nunca logró gustarme nadie más allá de unas citas— Volteé a verla de reojo.

—Y también supongo que por eso me gustaba tanto dejarte hacer cosas que las demás no— La veía pensando en cosas de nuestras anterior amistad.

—No es que todo el tiempo sea así, de hecho soy muy mitad y mitad, dependiendo del día y las ganas soy uno y otro, pero no quiero agobiarte— Me volteé enteramente, viéndola, haciendo que ella me viera por los movimientos.

—Aunque dentro de mis sueños siempre pensé que ibas a ser el prototipo de chica que ni siquiera pensaba en el tema sexual— Le dije directamente.

—También fuí adolescente— Me lanzó suavemente una almohada. —Tampoco me había puesto a pensarlo demasiado, solo dejaba que nuestros juegos llegaran al punto de sentirme bien— Se recostó un poco, volteando a verme después.

—También fuí egoísta por hacer que fueras con quien me desquitaba las ganas— Reveló. —Entonces, ¿Estás siendo tan activa porque tenías ganas reprimidas? — Cuestioné, asintiendo un momento después.

—Siempre me frené, como nunca pasabas las líneas que tenía pensadas, solo podía frenarme de hacerte cosas, quizá no era así antes, es tu culpa— Iba viendo a su mapa mental, terminando en mi otra vez.

—Había perdido el gusto por estos temas, era algo que obligaba a mi cuerpo a aparentar, tu obligas a mi cuerpo a sentir, así que también tienes culpa— Repetí lo de ella.

— ¿Cuándo vas a ser tu el que me haga cosas? — Preguntó, mezclando la inquietud con ganas. —Quizá cuando recupere un poco mi condición física, el lado bueno de que seas tú es que yo me canso menos— Me acerqué un poco a ella.

Tomé su mano, volviendo a acostarme y ver el techo.

—Es curioso, en mi mente siempre pensé en ti como un arcángel— Cambié de tema. —Alguien pura pero que iba a pelear de ser necesario— Suspiré.

—Y yo siempre fuí un demonio, por eso me parece tan surreal todo aún— Dije sin verla ahora.

—Para mi siempre fuiste un ángel al que le cortaron las alas y tiraron a la tierra sin poder decidir— Dijo ella.

—Aunque fuera como tu lo dices, nunca más voy a volver a tener alas, la tierra no es lugar para un ángel, sobreviví porque pisé y deboré a otros— Respondí.

—Entonces yo soy una arcángel a la que le gusta un demonio, desde que apareciste desestabilizaste cosas en mi— La escuché decir.

—Quizá no quería que te acercaras a ninguna de las chicas porque no quería que no fuera yo, tampoco me imaginaba que de verdad te gustaría, para mi era imposible— Añadió.

Sombra - Dahyun & Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora