—Deberías de haberme despertado para cenar ayer… — Se dejó caer en el sofá, claramente agotada. —Es que te veías muy cansada… — Le dije sentándome un momento. —De todos modos tuviste un buen desayuno y en un rato una buena cena— Intenté compensar.—Me siento algo culpable, podrías ser el número uno mundial pero me estás cocinando y ayudando a mi— Dijo, notando que tenía los ojos cerrados desde hacía un rato.
—Estoy dejando que todo se calme un poco, ya llegué al número uno pero ni siquiera estoy en mi mejor momento— Presumí un poco, haciendo que volteara a verme. —Nunca presumes, ¿Quién es este? — Me miró abriendo los ojos. —Intento mantener la humildad, si sigo así voy a tener el síndrome del impostor al final— Suspiré un poco, recordando lo que había dicho ella ayer.
—Aunque sería tirar diez años de mi vida a la basura en parte, por ti me retiraría, pero no es algo que te vaya a gustar— Dije mi razón. —Si te hace feliz voy a volver a ser el número uno— Evité la mirada.
—Lo que me gusta es verte emocionado, y la música y bailar te sacan ese lado, además, desde fuera de ve como si te quisieras retirar porque todo lo que se dice es verdad— Se empezó a estirar.
Se levantó, caminando hacia mi. —Quiero que todos se enteren cuando seas el que logró lo imposible varias veces— Me abrazó desde detrás. — ¿No se lo has contado a nadie? — Pregunté.
—Quitando a los que ya se los dijiste tú, a nadie— Respondió. — ¿No a tus padres? — Pregunté, aunque quizá no quería escuchar la respuesta. —Les dije que me mudé con una de las ocho, así que no van a preguntar— Respondió, siendo en un tono juguetón.
Tendría sus razones, tiene que tenerlas.
Aunque al final del día, yo también estaba empezando a mentirle. De hecho era peor, quizá ella mentia para protegerme de la realidad, yo lo hacía mantenerla más conmigo, era muy egoísta últimamente.
A todo había que adobarlo con el hecho de que siempre le repetí que yo no mentia.
Llegados a este punto, me mentia a mi mismo, le mentia a ella, le mentia a las nueve, le mentia a todos.
— ¿Puedes darme un masaje después? — Preguntó acercándose a mi oreja, susurrandolo. Asentí.
—Ya que somos novios puedes apoyar todo lo que quieras, me molestaba que antes no me quisieras dejar sentir nada— Me regañó.
Se echó para atrás, volteando a verla de reojo. —A decir verdad… — Pareció recordarlo bien ahora. —No sabes lo mal que me sentí cuando una semana después de justo llegar a ese punto dijiste que gustaba alguien… — Me miró verdaderamente enojada.
—Ahora que se que era yo es diferente, pero tengo que desquitarme por como me sentí esa vez… — Sentenció.

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Sombra - Dahyun & Tú.
FanfictionUn títere, cientos de cuerdas, un actor perfecto, purgado de toda culpa, decenas de corazones rotos. Todo frente al espejo de la redención y un par de simples puertas hacia la sinceridad.