Sombra - Dahyun & Tú.

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— ¿Cómo es posible que siempre que estoy libre tú no estás con nadie? — Preguntó Dahyun, acercándose a mi en pro de molestarme. —Digamos que conozco sus agendas, así que aprovecho para estar solo— Sonreí viéndola, volviendo después a lavar platos.

— ¿Por qué lo haces? — Cuestionó, poniéndose del otro lado, buscando verme más el rostro. —Eso te incomoda, ¿No? — Alcé una ceja al final, pensándolo un poco, asintiendo al final.

—Tampoco quiero desperdiciar nuestros momentos— Añadí. — ¿Nuestros? — Sentí malicia en su voz, acercándose otra vez a mi.

—Acaso… — Sentí como me jaló con fuerza de la cintura, dándome la vuelta, ayudándola con un juego de pies, no es que fuera a poner resistencia.

— ¿Yo te gusto? — Sonrió burlonamente tal cual lo hacía ella. Me sequé las manos con lo que llevaba puesto, tomándola de los brazos, dándole la vuelta.

— ¿Y qué si así fuera? — Me fuí acercando más a ella, pasando a estar más seria. Más y más fuí yendo, notando como ahora no sabía bien donde ver, si a mis ojos, labios o directamente desviar la vista.

Una vez lo cerca suficiente, cerré la llave de agua. —No hay que desperdiciar el agua— Me separé. Al darme la vuelta sentí un golpe con algo de fuerza. — ¡No hagas esas cosas conmigo! — Escuché regañarme.

—Si lo hago con Jihyo quizá me sigue el juego demasiado, Sana me besa directamente, las otras o me mirarían raro o golpearían, eres la única con quien puedo— La miré riendo.

—Entonces… — Nuevamente me le acerqué, acorralandola. — ¿Te pongo nerviosa? — Pregunté pero ahora yendo más cerca de su oreja. Poniendo su mano en mi pecho ella.

— ¡Pondrías nerviosa a cualquier mujer! — Se escabulló por debajo.

— ¡A veces no se si eres tan perfecto solo para molestarme! — Volvió a regañarme, señalandome.

— ¿Perfecto? — Cuestioné sin entenderlo. —Odio admitirlo pero actúas como la pareja perfecta— Admitió, llevando una mano a sus cejas.

— ¿Eres así cuando estás enamorado de verdad? — Me preguntó algo indignada por admitir aquello antes.

Me mire hacia abajo, llevando un delantal normal por haber estado cocinando antes. — ¿Cómo? — Pregunté otra vez. Sacudió su mano hacia mi, señalando mi conjunto.

—No se con quienes habrás estado y no me lo has dicho, pero tengo veinte años y vivo solo, necesito ser independiente, soy así solo incluso— Le aclaré, ahora viéndome más enojada. — ¡¿Crees que tendría novio y no te lo diría?! — Exclamó furiosa.

—De por si no te gusta cuando estoy con alguien, no se si quieras decirme esas cosas— Empezó a acercarse con cara de querer matarme.

—Si tuviera novio te lo diría a ti antes que a las otras para tu información— Empezó a darme con un dedo que empezó a señalarme de antes.

— ¿Entonces no has estado con nadie nunca? — Pregunté, haciendo que viera a otro lado. —Obviemos el tema— Se dio la vuelta.

—Dime, dime— Le puse mis manos en sus hombros, acercándome a su rostro. — ¿Nunca te has enamorado? — Pregunté más de cerca.

—Nunca fué mi prioridad— Hizo un movimiento, quitando mis brazos de ella y caminando hacia adelante. —De todos modos, para qué quisiera jn novio cuando existes tú en mi vida, eres mejor que uno— Se dió la vuelta. —Haces todo lo lindo que haría un novio conmigo, pero sin ser molesto— Explicó.

—Tiene sentido— Asentí. — ¿Entonces por eso me dejas ser tan cariñoso contigo? — Me apoyé en la barra de la cocina. Asintió ella.