Sombra - Dahyun & Tú.

[10]

—Estoy en un buen problema— Dije sin poder pensar con claridad.

— ¿Por qué? — Cuestionó Nayeon. — ¿No era esto lo que querías? — Añadió. — ¿En serio piensas que quiero ser un idol? — Pregunté casi con sarcasmo.

Ella y las otras parecían no entender.

— ¿Les tengo que recordar cuál era mi trabajo? — Seguían sin entender bien. —Me pagaban para convencer a las personas en un mal momento de no tomar malas decisiones— Aclaré. —Y acostarte con ellas— Aclaró aún más Chaeyoung. Solo las mayores y ella rieron de aquello.

—El punto es— Tomé aire. —Despues de tanto pensaba que solo me iría sin ser idol, quizá productor o manager, pero no quiero ser popular— Dije mi punto.

— ¿En serio no quieres ser un idol? — Se acercó Jihyo, siendo de entre todas, la más cercana y madura, además.

La miré incrédulo. —No eres la más indicada para cuestionar eso— Le respondí, recordando ella los tantos malos momentos y todas las veces que estuve yo allí.

— ¿Por qué no lo intentas un poco? — Pidió Dahyun.

Pese a la espiral de sarcasmo y negativismo en la que iba, hizo que me parara un momento y volviera a estar neutral.

—Es que ya vivía como idol— Cerré los ojos, bajando un poco la cabeza.

—Las pocas parejas que tenía y no eran idols, debutaban poco después— Di mi primera razón.

—Por todo lo que hacía la compañía me daba un trato de idol— La segunda.

—Iba a todos los lugares donde ustedes frecuentan solo por mis parejas— La tercera.

—Ya probé mucho de esta vida y prefiero ser un bailarín secundario— Apoyé mi cabeza en el mueble donde estaba.

—Intenta meterte en un género que no sea popular en Corea— Pensó Tzuyu, siendo probablemente la mejor idea de entre todos.

Se definía por hablar poco, pero ser sincera y directa.

— ¿Lograste modificar más el contrato? — Preguntó Dahyun, siendo la única en recordar aquello.

—Mas o menos— Tragué saliva. —Al menos si salgo con alguien de la compañía no me van a practicar borrar de la existencia para JYP— Dije, delatandome un poco, se suponía que no quería salir con nadie más.

— ¿Algo más? — Cuestionó Dahyun claramente sabiendo aquella contradicción. —Puedo acercarme con quiénes tengo buena relación pese a haber salido o haber alguien en su grupo con quién salí— Dije sintiéndome algo regañado.

— ¿Tu cláusula no era de si rompias tu prohibición de citas quedabas excluido de la compañía y quiénes estuvieran aún? — Sacó Jeongyeon, evidenciando aún más mi error.

—Entonces si que te gusta alguien de la compañía— Dahyun estaba levemente enojada. — ¿Quién será? — Dijo Mina en voz baja, pero perceptible.

— ¿Apostamos? — Se le acercó Chaeyoung, siendo poco discreta.

— ¿Puedo saber por qué no sé quién te gusta? — Se metió una Jihyo visiblemente enojada de verdad.

—No me gusta nadie…— Sonreí algo preocupado por tenerlas enojadas, a la vez, en el mismo sitio.

—Es Sullyoon, ¿no? — Interrogó la aún cercana físicamente a mi Jihyo. —Desde hace mucho no me gusta— Me eché algo para atrás, pero ya no podía esquivar nada más.

—Quizá ahora que está libre quiera ir por alguien del pasado— Insinuó Dahyun, volteando instantáneamente Jihyo.

Luego de verla indignada, por saber cosas que ella no, volvió a verme.

— ¿No se supone que soy tu mejor amiga? — Ahora estaba aún más enojada.

— ¿Quieres saberlo de verdad? — La miré resignado, ella seguía furiosa. Su mirada y prácticamente ningún movimiento expresaba mucho.

—Pensaba que era algo mejor que muriera conmigo, sobretodo por no incomodarte— Todas se calmaron al punto de sentir como si solo estuviéramos ambos allí.

—Cuando llegué a la compañía mi primer amor verdadero fuiste tú— Al decir aquello aparté la mirada y empecé hacerme pequeños masajes tanto en las cejas como la cara.

—Dahyun lo sabía porque la vez que estuvimos nosotros tres y te dormiste se lo confesé, al igual de lo que les dije de que me obligaban a hacer estas cosas— Añadí, explicando aquello mejor.

— ¿Por qué no me lo dijiste? — Escuché, siendo de todo menos lo que esperaba escuchar. — ¿ibas a salir con un chica de once teniendo dieciocho? — Dije la razón, sonando extremadamente coherente.

Escuché como se sentó, pesando el ambiente ahora. Tal parecía que razcar lo que hacía años anhelaba era solo ser una bonita fachada del verdadero infierno.