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—No sentía tanta paz desde que era pequeño— Me recosté debajo del árbol qué habíamos visto a la lejanía antes, viendo algunas nubes pasajeras.

—Es el lado bueno de que Jeju sea una isla— Se recostó Dahyun también. — ¿Te imaginas esta misma situación pero cuando nos conocimos? — Pregunté, imaginandonos pequeños.

—Tenías once años… — Me miró raro. — ¿Acaso un niño de once no puede ser amigo de una chica de quince? — Cuestioné.

—No estoy segura de si habría podido ser tu amiga— Reveló, volteando a verla aún recostado. —Te dije que me gustabas cuando nos conocimos, habría esperado por ti, pero no tengo tu fortaleza mental… — Explicó, sonando raro si no la conociera bien.

Empecé a reír ante lo que había dicho. —Fortaleza mental es algo que no tengo quizá desde los dieciséis, serían unos tres años solo actuando como que todo está bien— Volví a recostarme.

—Al menos estos momentos me hacen olvidar que tú eres una de las personas más conocidas del país y yo soy la sombra que hace mover todos los hilos de la industria— Pese a las hojas, aún se colaban algunos rayos de luz solar, levantando la mano, tapando unos cuantos, notando la sombra que podían hacer mis dedos.

— ¿Habrá algo en esa cabaña de allí? — Preguntó, señalandomela, no estaba tan lejos. —Quizá solo sea para guardar cosas, no se ve que quepa ni una cama— Me levanté, limpiándome un poco.

—Si hay un asesino serial de películas de horror de los ochenta, sería uno muy malo, es mediodia— Dije para empezar a caminar hacia esa dirección.

Escapandoseme una sonrisa al estar mi rostro fuera de la vista de Dahyun. Al final la había convencido para irnos solos, dejando a las otras con sus cosas.

Una vez frente a la pequeña edificación de madera, la abrí, estando sin seguro de ningún tipo.

No había mucho, herramientas agrícolas, algunos envases, aunque si qué había algo fuera de lo común, una guitarra, vieja, pero funcional al menos.

En vista de que nadie se iba a enojar si la sacaba y traía en un rato, la saqué, empezando a tocarla y afinarla un poco.

—Era traer esto o una hoz— Bromee. — ¿Sabes tocar guitarra? — Cuestionó, sentándose.

—Y piano, también instrumentos de aire, en si, mi madre siempre exigió que me enseñaran instrumentos— Me senté a su lado.

—Ella siempre pensó que si no debutaba, al menos sabría mucho de arte, en parte no se equivocaba— Dije recordándola.

— ¿No la odias? — Cuestionó mientras seguía afinando las cuerdas, negando en el proceso.

—Aunque está lejos, es la persona por la que puedo dar la vida y se que ella también haría lo mismo por mi, ustedes y ella han sido lo único que me ha mantenido vivo y cuerdo— Terminé de afinarla, pasando a verla.

Sombra - Dahyun & Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora