Sombra - Dahyun & Tú.

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— ¿Qué te pareció el primer día? — Preguntó mi madre al arrancar papá. —Me hicieron varios exámenes— Suspiré apoyando más mi cuerpo en los asientos de detrás, iba sola, así que podía aprovechar.

— ¿Te gustó algo en especifico al menos? — Cuestionó. —Había un chico lindo, es extranjero— Miré al techo, en parte me estaba arrepintiendo de haber aceptado entrar.

— ¿Extranjero? — Sentí como volteó a verme mi padre ahora. —Es un niño, me dijeron que tiene diez años, ni siquiera habla bien coreano— Le aclaré.

— ¿Es rubio? — Preguntó ahora mamá, mucho más emocionada en comparación. Me emderecé un poco, negando al hacer contando visual.

—De hecho su cabello es más negro que el de nosotros— Aclaré. — ¿Tiene los ojos claros? — Intentó verle otra cosa, negando otra vez. —No lo vi demasiado pero o tenemos los mismos o son más negros— Volví a aclarar.

— ¿Qué te parece lindo entonces? — Parecía como si no fuera especial si no tenía algo muy distinto.

—Me pareció tierno, tiene facciones lindas además— Especifiqué.

—Por lo menos tiene diez, cuando tenga dieciocho te daría permiso para que te invite a salir— No sabíamos si lo dijo de broma o era verdad por el tono.

—Sería más normal cuando ambos tengan veinte, por lo menos sería más normal decir ambas edades en ese trecho— Le respondió mamá.

—Si no sería dieciocho y veintitrés, es más raro que decir veinte y veinticinco— Dicho así, si sonaba mejor.

—No voy a estar con el solo por eso— Les devolví a la realidad. —Es un niño, ¿Voy a esperarme diez años solo por él? — Pensé, teniendo cero sentido.

—Por amor hay personas que han esperado toda su vida por un par de minutos— Pese a que fuera un sermón como tal, lo dijo en tono de burla.

—No se si es buena persona, o si lo vaya a ser en diez años— Respondí.

—Bueno, es un niño pequeño, no ha formado nada de su caracter ni gustos, mucho puede cambiar en diez años—  Se quedó pensativa.

—De por si no habría pensado que entrarías en una compañía de estas hace un mes— Añadió papá.

—Entré muy tarde en comparación a las otras, hay dos que ya tienen más de seis años— Me intenté explicar. —Una chica me ayudó con algunas cosas, solo tiene dieciséis y está desde los nueve allí— Añadí.

—Eso ya es demasiado, si no la han elegido es mejor que estudie alguna carrera— Dijo aferrandose más a la realidad.

—Hay gente que vivo por el arte, quizá ella sea una de esas— Le respondió mamá.

—El niño del que les hablé antes también empezó a los nueve, de hecho ambos se conocen— Volví a aclarar, sonando un poco acosadora incluso.

No voy a mentir, como ya estoy tan pedido con mi propia historia tuve que releer el principio, investigar fechas y usar la calculadora, inclusive así creo que se me fué algún año o dato.