[77]

30 8 1
                                    


— ¿Pueden soltarme? — Pregunté, luego de que las tres japonesas a la vez saltaran a abrazarme, la canción en si estaba en japonés, en algunos puntos pedí una traducción en las pantallas, pero supongo que ellas en el camerino solo pudieron ver la cámara enfocada en mi.

— ¡Por esto no nos dijiste nada! — Me golpeó suavemente Sana. —Pareces niñas pequeñas— Dije rindiendome. Alcé la vista, viendo a las otras sin entender bien, saqué mi celular, buscando la traducción en mis notas, dándoselo a Dahyun, acercándose otras a verlo.

Un minuto después todas tenían la misma cara que las japonesas.

—Por esto no quería que supieran más cosas de mi… — Suspiré. —Es horrible cuando todos solo sienten lastima— Añadí.

Después de un rato las japonesas se desquitaron aquello, ahora siendo Jihyo y Dahyun.

—No me hagan llorar más— Pedí viendo hacia arriba. —Ya lloré demasiado frente a todos— Expliqué. Hicieron caso omiso.

— ¿Por eso volviste al blanco? — Preguntó Dahyun después de un buen rato pegada a mi. —Esta es la primera vez que me decoloro al blanco— Aclaré.

—Cuando era más joven pasó a ser blanco de manera natural— Revelé ahora.

No podía decir que todas lo recordaran, sobretodo porque las hice leer el manga una por una durante mucho tiempo, pero la que recordase el porqué el cabello puede pasar a ser blanco naturalmente, entendía más todo.

Y parecía que Dahyun lo recordaba muy bien.

—Ya no puedo ocultar nada más, ni aunque quisiera podría hacerlo— Abracé a Dahyun, dejando de ver su cara, era algo que necesitaba.

— ¿Blanco natural? — Preguntó Jihyo, separándose ahora. —Un trauma y estrés muy grande pueden hacer en algunos casos que toda la pigmentación se caiga— Aclaré, ahora sabiéndolo todas, ya daba igual.

—Sigo vivo, ¿No? — Sonreí falsamente. Nadie quiso revatirme, ni preguntar, no lo necesitan, conocían tanto de mi que podían empezar a atar la grandisima cantidad de puntos que les había dejado en el aire.

Más pronto que tarde todo terminó, estando en mi hogar, aunque no solo.

— ¿De verdad ya no hay nada que ocultes? — Preguntó Dahyun, abriendo yo el refrigerador, viéndola después de llenar el vaso con agua. Negué, viendo como seguía preocupada.

—Este soy yo— Me miré por un momento. —Alguien que tiene muchos más defectos que virtudes— Sonreí falsamente otra vez.

—No soy el hombre que nadie merezca de por si, lo único que puedo pedir es seguir viviendo ya— Revelé mi forma de ver las cosas.

Me di la vuelta, sacando un jugo de frutas que tenía algo de tiempo en el refrigerador.

— ¿Por qué nunca me dijiste todo esto? — Me senté del lado de la pequeña mesa de piedra de la cocina, viéndola directamente.

—Prefería que me vieran mal a que tuvieran lastima de mi, tenía razón— Empecé a tomar.

—Todo este tiempo… — Dejé de tomar, viéndola. —Te traté como un novio para mi… — Miró al suelo. —Siempre que podía te rechazaba sin tu ni siquiera dármelo a entender— Fué llevando su vista a mi.

—Me dijiste que preferías suicidarte antes que estar enamorado de una de nosotras… — Tragó saliva.

Sombra - Dahyun & Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora