— ¿No habías venido a Japón ya? — Cuestionó Momo al verme tan asombrado en medio de Shibuya. —Si, pero esa vez venía con alguien y no pude hacer nada por estar con esa persona— Expliqué, aún viendo las grandes pantallas.Si bien Corea tenía sus cosas, esto era otro mundo.
—Ahora si que pareces un niño pequeño— Se burló Dahyun. —Básicamente lo soy, Jihyo prometió traerme y al final si lo hizo— Bajé la cabeza, viéndolas con mil y una cosas para mezclarse y no se reconocidas.
—Hola… — Sentí un pequeño jalón en mi camisa, volteando, siendo una chica. La saludé. — ¿Puedo tener tu número? — Preguntó, a lo que finalmente había visto lo del dampa inverso por primera ves, solo había oído que existía.
Me negué inmediatamente. —Lo siento, ya estoy con alguien— Expliqué, sabía japones por practicarlo seguido. La chica en cuestión se disculpó, yéndose.
—Pasó lo que me contaste— Le dije a Momo, cambiando los tres ahora. — ¿En serio te pidió tu número? — Cuestionó, asentí. — ¿Qué le dijiste? — Preguntó ahora Dahyun.
—Que estaba con alguien— Respondí. — ¿Lo estás? — Indagó. Negué. —Estoy muy solo por suerte— Pasé a ver nuevamente hacía arriba.
— ¿Por qué simplemente no tuviste algo con ella? — Sentí la mirada de Momo. — ¿Para qué? — Respondí algo extrañado. —No es como que necesite estar con alguien en lo más mínimo— Aclaré.
—Pensaba que no sabias estar solo— Reveló Momo, negué. —Al revés, prefiero estar a menos que sean ustedes— Localicé uno de los locales que quería visitar, empezando a caminar y ellas dos yendo a la par.
Si bien íbamos hablando, no había que descontar el tantísimo caos que había por ser el medio de Shibuya de noche.
En ese trayecto pasó lo de la chica anterior unas cuantas veces.
—Te dije que tu corte y peinado llamaban mucho la atención aquí— Regañó Momo. — ¿No es porque soy extranjero? — Refuté. —Puede ayudar, pero pero tenerlo rosa no es algo muy común ni para Japón— Siguió con ella regaño.
—Si me quedo calvo algún día voy a perder mucho de mi encanto— Dije suspirando.
—Te verías gracioso calvo— Opinó Dahyun. —Tendría la calva pálida— Alcé una ceja.
—Va a ser algo complicado llegar a ese sitio— Señalé con la mano, prácticamente a penas habiendo espacio para respirar en medio.
— ¿No has usado el metro de Seúl? — Cuestionó Dahyun. —Por desgracia mucho si, pero nunca te acostumbras— Aclaré yendo delante.
—Si nos perdemos solo tenemos que llegar a la puerta de ese edificio— Les indiqué, dando por sentado que en cualquier emergencia usaríamos los celulares.
Finalmente enfrentamos a la multitud, pasando con fuerza, volteando a cada momento para no perder a las chicas, en vista de semejante fuerza requerida, tomé la mano de Dahyun, ya que Momo estaba mucho más separada.
En medio de ese tumulto de gente, sentí como ya no era mi mano sosteniendo la suya, ahora eran ambas manos entrelazadas con fuerza.
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Sombra - Dahyun & Tú.
Hayran KurguUn títere, cientos de cuerdas, un actor perfecto, purgado de toda culpa, decenas de corazones rotos. Todo frente al espejo de la redención y un par de simples puertas hacia la sinceridad.