[123]

23 5 1
                                    


— ¿Ya terminaron las grabaciones? — Le pregunté al verla algo cansada, había estado tan ocupada que no había podido dormir en casa por dos días.

Asintió. —Entonces solo te queda una semana libre— Pensé. —Quiero solo dormir y esperar— Nuevamente, se dejó caer en el sofá.

— ¿Quieres un masaje? — Pregunté, ya que al menos físicamente estaba normal, ella asintió, yendo a su lado, poniéndome detrás de ella y empezando con su espalda.

—No se qué haría sin ti ahora… — La escuché decir, el propio sofá ahogaba un poco su voz.

—Siempre lo estuve y siempre lo estaré— Le recordé. — ¿Qué pasaría si te dijera que no quiero seguir? — Se intentó dar la vuelta, pero conmigo encima le era imposible, poniendo a su lado, finalmente haciéndolo.

— ¿De verdad todo sería igual entre nosotros? — No estaba viéndome directamente. —Si, no pasaría nada malo— Sentí un pequeño jalón en mi ropa, volteando de reojo, viéndome una otra vez de pequeño, con el que ahora estaba odiando cabello blanco.

— ¿No lo intentarías más? — Preguntó. — ¿Quieres la versión infantil y fantasiosa o lo que haría de verdad? — Le cuestioné, entendiendo un poco más.

—Ambas— Me miró por un momento. —En la infantil y fantasiosa de todas esas historias de amor donde el hombre se desvive por el amor de la princesa, aunque me dijeras que no, seguiría todos los días de mi vida intentando enamorarte— Incluso a mi ya me daba asco esa versión.

—Lo que yo haría de verdad… — Suspiré, sabía que iba a ser una posibilidad, pero prefería que todo siguiera tal cual.

—Lo aceptaría— Hicimos contacto visual. —Si lo estamos intentando y no se da, es casi imposible que pueda enamorarte, no tengo nada más— Me sinceré.

—No voy a obligarte a amarme aunque yo sienta un amor verdadero, amar es también dejar ir— Llegué a esa conclusión incluso antes de intentar todo esto.

Pero una cosa era pensar en esa posibilidad, y ahora vivirla, quizá no pueda sobrellevar vivír sin ella ya.

—Aunque siempre te traté como un niño, eres la persona más madura que conozco— Noté como empezó a mirarme, sin voltear más, además de empezar a sonreír.

— ¡Calmate! — Sentí un pequeño empujón en mi hombro, sacándome aquello de mi trance. —Solo quería saberlo, me haces sentir muy feliz— La miré, sin poder responder nada.

Empezó a estirar un poco sus brazos. — ¿Puedes darme un masaje en los brazos y piernas? — Preguntó igual que antes, asintiendo yo.

—No me importaría sentir cosas de más— Se recostó, cerrando sus ojos.

Me senté encima de su entrepierna, empezando a hacer algunos masajes suaves en su abdomen.

— ¿Has subido de peso? — Abrió los ojos, tocando mis piernas. —No he estado saliendo casi, menos practicando, supongo que solo comer y estar más feliz ayudan a subir de peso— Le respondí.

Estaba feliz, lo había estado. Había estado trabajando, lo estoy haciendo. Lo estaba intentando por ella, lo estoy intentando por ella.

¿Por que me mentía siempre? ¿Por qué se siente tan mal la realidad?

Sombra - Dahyun & Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora