Sombra - Dahyun & Tú.

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—Me sorprende que ya tuviera tres canciones a una semana de haber hecho tu segundo promocional— Dijo mientras si iban yendo todas.

—También me sorprende que puedas llegar tan alto— Me empujó levemente. —Ustedes aún no me han visto ser idol como tal, entrené muchos más años que tú incluso— Respondí.

—Creo que puedo llegar a las mismas notas que tú— Pensé, recordando mis días de estudiante. —Eres hombre— Negó.

—Dahyun me dijo eso con respecto a Sana, no ha dejado de querer besarme cada que me descuido un poco— No tenía mucho que ver, pero me servía.

—Apostemos entonces— Se echó para atrás, sorprendida.

Y así transcurrimos quizá diez o quince minutos viendo quien podía mantener y adornar más las notas altas.

Siendo un empate técnico, yo podía llegar más alto, pero ya no usar el vibrato, ella un poco menos, pero con el vibrato sólido.

—Creo que te subestimé— Dijo sobandose el cuello. —Te falta usar más el diafragma— Le señalé ante eso.

—No me quieras dar clases tú— Me advirtió. —Ya estás haciendo que no te tenga lastima— Cambió el tema.

— ¿Por qué lo dices? — Cuestioné. —Sabiéndolo y verte tan natural hace que no pase nada, ya entendí por qué nunca nos dimos cuenta— Explicó. —Tampoco se te da tan mal actuar a ti— Le respondí con respecto a eso.

Cerré mis ojos, apoyando mi cabeza en la silla. —Sigue siendo mi peor decisión en la vida, y no es como que tenga pocas— Dije de esa manera.

—Al menos me está empezando a gustar esto de ser idol— Revelé. —Quería decírtelo antes, pero siempre eras muy negativo, solo viviste lo malo de esto— Puso una mano en mi hombro.

—En caso de que no funcione ya sé que al menos puedo ser un poco feliz de gira por otros países— Revelé.

— ¿Jihyo? — Escuchamos ambos a la vez, haciendo que abriera mis ojos y volteara, a la vez que la nombrada.

—No le dijiste a nuestra manager qué harías— Señaló con un dedo hacia atrás, extremadamente nerviosa Dahyun.

—Le dije que me quedaría con él— La miré de reojo, teniendo la mirada más sorprendida que la había puesto tener desde que la conozco.

— ¿Qué haces tú aquí? — Le preguntó, siendo obvio que no debería estar ahí. —Quería quedarme a hablar un rato… — Dijo aún muy nerviosa.

—Ustedes estaban cantando tan alto que no me escucharon entrar— Explicó.

—Supongo que mejor me voy… — Señaló la puerta, preparándose para salir.

— ¿Quieres dormir con nosotros? — Le pregunté yo, si bien estaba llegando a mis máximos niveles de estrés, tenía mis pastillas y tenía que actuar para que no se diera cuenta tan rápido.