Sombra - Dahyun & Tú.

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– ¿Y por qué nunca te cayó bien Sullyoon? — Cuestioné, pasando a la otra gran incógnita. —No me cayó mal al principio, de hecho me caía bien— Jugó con el cabello de Jihyo.

—Aunque como al principio me gustabas físicamente, sentís un poco de celos, pero cuando fuí juntandome más con las chicas me di cuenta de lo mucho que te querían, así que estaba bien porque eras feliz— Explicó.

— ¿Entonces te cae mal por haber estado conmigo genuinamente? — Pregunté, negando ella a quizá tres segundos después. —Me cae mal porque recuerdo lo mal que lo pasaste después de la relación, y las muchas veces que la evitabas— Finalmente reveló.

—No me recuerdas a la distante Dahyun de esos años siendo tan empatica ahora— Me burlé. — ¿Cómo querías que me acercara si tenías pareja, estabas deprimido por romper y me intimidabas por tu físico? — Alzó una ceja. Negué con las manos. —Estaba jugando, conozco bien ya el porqué de tus acciones antes— Aclaré.

— ¿Por qué te daba tan igual lo mucho que me acercase a ti? — Pregunté seguido. — ¿Esto es un interrogatorio? — Río. — ¿Te irás mañana y no nos volveremos a ver? — Alzó una ceja.

— ¿Por qué te jugabas tan cerca conmigo? — Me la devolvió. —Nunca te vi jugar así con ninguna otra, ni siquiera Sana, que sabes que se pondría esposas para que le hicieras de todo— Se burló en parte.

—De lo poco que tengo de personalidad propia, me ha gustado jugar a lo prohibido— Le respondí sin dudar tanto, no estaba ni mintiendo ni tergiversando.

—Y tú siempre fuiste la chica reservada y religiosa— Añadí, tiene riendo ella. —Ya no soy ta creyente, reservada si— Aclaró. —Lo intuía, pero lo decía por antes— Expliqué

— ¿Entonces solo fuí un capricho? — Se preguntó, diciendo algo que pensó en voz alta. —Siempre me llamaste la atención— Le corregí. —Pienso lo mismo que todas, tienes un cuerpo perfecto y sobretodo por tu tono de piel— Añadí.

— ¿Entonces si te gusto? — Me cuestionó sería.

—Por suerte siempre hablas de más en algún punto— Escuché en mi espalda.

—Es como tú conmigo antes— Puse de ejemplo, levantándome. —No se cómo has mantenido tanto la fortaleza, pero cuando te le declares voy a tener mi oportunidad— Me iba siguiendo al ir a la cocina, buscando las pastillas y luego llenando un vaso con agua.

—Sigue así, más pronto que tarde por estúpido se te va a escapar y ella te va a odiar— Tomé finalmente la pastilla.

—Lo siento, había olvidado tomarla— Dije para volver a sentarme.

—Algún día tienes que explicarme lo de las pastillas que tomas— Alzó una ceja, viéndose sospechoso ya.

—Son cosas para la cabeza algunas— Aclaré. —Son solo para evitar que el verdadero lado bueno salga— Vi como mi otro ser se iba desapareciendo.

—Es un poco feo enterarme que te gustaba al menos físicamente ahora que si te gusta alguien en general— Dijo algo ofendida. —Creo que quedaba claro por como actuaba contigo a solas— Revelé, aunque en esos momentos llevaba varios frenos mentales para no hacer lo que de verdad quería.