POYUN 2 : TUNHAI

Capitulo 37

El desierto a ambos lados de la carretera ondulaba y la ambulancia avanzaba a gran velocidad.

—¿A dónde vamos?— Se preguntó Bu Chonghua. Vio que el camino bajo sus pies de repente se hacía muy largo, con oscuridad, soledad y vacío llenando el final. Desde la distancia, escuchó el sonido de un encendedor al ser encendido, y un pequeño grupo de llamas parpadeó débilmente, luego trazó un arco en el aire y cayó al suelo con un estallido.

Inmediatamente después, la llama rápidamente se convirtió en una lengua de fuego, lamiendo las escaleras, trepando por los pasamanos y encendiendo el suelo con un fuerte grito, ¡pronto convirtiéndose en un fuego interminable parecido a un estanque de mil millas!

Las pupilas de Bu Chonghua se dilataron: ¡Está en llamas! ¿Qué pasa con Wu Yu? ¿Sigue dentro?

—¡Wu Yu!

Las llamas crepitaron y se enroscaron alrededor de las vigas de madera.

—¡Sal rápido!

Un humo negro y ondulante entraba por las grietas de las paredes y las ventanas.

—¿Dónde estás? ¡Salga!

Las llamas se separaron como Moisés partió el mar, con una carrera hacia izquierda y derecha. Los pies corriendo de Bu Chonghua se detuvieron, solo para ver una figura familiar sentada contra la pared en el borde del claro ennegrecido, con la mejilla derecha roja por el fuego, mirándolo en silencio.

—... Wu Yu— asesinó a Bu Chonghua.

Se miraron y el vasto y distante espacio se volvió muy silencioso, con sólo el crepitar del fuego furioso que quemaba la casa.

Wu Yu de repente parecía mucho más joven, con su cabello ondeando al viento y sus ojos más suaves de lo que son ahora. Miró a Bu Chonghua con cierta desgana, finalmente se levantó, revelando su cuerpo que ya había sido quemado y roto en el lado izquierdo.

—¿Qué vas a hacer?— Bu Chonghua tuvo una extraña premonición y su voz tembló.

Silencio.

—¿Qué vas a hacer? ¡Ven aquí!

Wu Yu no respondió, su mirada era triste y tranquila y dio un paso atrás. El mar ilimitado de llamas floreció con este movimiento, con millones de flores en llamas reflejadas en sus ojos. Al segundo siguiente, levantó la mano y la agitó ligeramente, en un gesto de despedida.

¡Inmediatamente después, las llamas se elevaron hacia el cielo, envolviendo la otra mitad de su cuerpo en un instante!

—¡Wu Yu!—Gritó Bu Chonghua, corriendo tras él, ¡pero su pie pisó el espacio vacío!

¡Plaf!

Aunque no hubo ningún sonido, Liao Gang inconscientemente sintió algo y de repente levantó la cabeza de la cama del hospital. —¡Capitán Bu!

Bu Chonghua se sentó con un gran movimiento que provocó una ráfaga de viento, derribando el soporte del intravenoso que casi cae al suelo. Liao Gang rápidamente lo entendió y preguntó: —¿Estás bien? ¡Maldita sea, acuéstate!

¿Dónde estuvo el?

La luz blanca como la nieve brillaba en las paredes y la sala estaba limpia, luminosa y bien equipada. Afuera ya estaba muy oscuro, pero el sonido de los vehículos que pasaban por la carretera aún era frecuente. El reloj de la pared hacía tictac y la manecilla de la hora acababa de pasar las diez.

A Bu Chonghua le dolían las costillas y se sentía mareado y aturdido. Su corazón todavía latía con fuerza. Después de varios segundos, finalmente se dio cuenta de que la sala no le era desconocida: era el Primer Hospital Popular en Jinhai.