POYUN 2 : TUNHAI

Capitulo 38

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—Has vuelto con vida, ¿Por qué todavía culpas a tu superior Zhang Boming?

—Los agentes de policía siempre se enfrentan a sacrificios y decisiones, algunas tan pesadas como el monte Tai, otras tan ligeras como una pluma...

—Estamos seguros de que el juicio de Zhang Boming no se equivocó. ¿Por qué ha estado acatando las órdenes de sus superiores durante tantos años?

De todas direcciones llegaban innumerables ruidos ruidosos, charlas incesantes, cercanas pero también lejanas. Wu Yu estaba sentado en un sillón, con la pálida luz fuera de la ventana de hierro cortada en varias formas rectangulares por la barandilla, reflejando figuras borrosas que susurraban en la distancia. Cada nota estaba llena de ansiedad, miedo y grandes dudas. El equipo de monitoreo encendió una luz verde en la esquina de la pared.

—¿Qué le dijiste a Zhang Boming?—alguien preguntó seriamente.

—No dije nada.

—Entonces, ¿Cómo pudo suicidarse repentinamente?

—No sé por qué.

—¿Por qué se suicidaría de repente sin ningún motivo?

—Realmente no...

—Zhang Boming no tiene motivos para suicidarse.

—¿Cómo pudo suicidarse repentinamente después de verte?

—¿Qué dijiste durante tu última reunión?

—¿La muerte de Zhang Boming tiene algo que ver contigo?

—¡¿Lo hace o no?!

Estas preguntas se habían repetido innumerables veces y luego incluso olvidó lo que había dicho. Sólo tenía ganas de nadar en un mar interminable de oscuridad, con truenos y relámpagos cayendo sobre su cabeza y un tsunami rugiendo hacia él. Todos los aterradores rugidos eventualmente se convirtieron en una frase, atravesando sus tímpanos y penetrando cada centímetro de su cuerpo desde su cerebro hasta sus huesos: ¿Por qué pudiste volver con vida?

¿Qué te da derecho a volver con vida?

Después de doce años de caminar sobre cables suspendidos en lo alto de acantilados y de experimentar cuatro mil días y noches de ansiedad y horror, uno esperaría que tal hazaña fuera celebrada. Sin embargo, lo único que dejó Zhang Boming fue un espantoso charco de sangre. ¿Cuánto más profunda estaba la verdad escondida entre ustedes dos?

¿Su muerte fue para ocultar algo?

—Ya no quiero ser policía, ¿No puedo simplemente dejarlo?—Wu Yu sostuvo su cabeza, queriendo acurrucarse en un rincón de la pared oscura y repitiendo nerviosamente: —Ya no quiero ser policía, no lo haré más...

—Por favor, déjame salir de aquí. Realmente no quiero volver a ver ese uniforme. No quiero ver esa placa de policía colgando muy por encima de mi cabeza, como si pudiera caerse en cualquier momento.

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Wu Yu convulsionó, tratando de levantar la cabeza, pero golpeó fuertemente la pared con un ruido sordo.

Y al momento siguiente, de repente se despertó.

Esta era una pequeña oficina cerrada, sin ventanas y sin luces encendidas. En la habitación sólo había una cama individual y un escritorio. El televisor de la pared estaba en silencio y transmitía algunas noticias de la noche. La fluorescencia cambiante se proyectaba en las paredes, proporcionando la única fuente de luz a altas horas de la noche.