La ciudad

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SADIE

El frio de la habitación hace que me despierte, veo a mi lado y solo estaba la cama tendida de mis padres, supongo que fueron a desayunar , que milagro que mi madre no me dijo nada por dormir mucho.

Mi teléfono comienza a sonar y veo el nombre de mi padre.

— ¿Hola? Pa , dónde están?

— Tu madre quería ir a un recorrido que nos dieron ayer en un sorteo, solo era para dos por eso no te despertamos.

— Aaa, está bien disfruten

— Siento dejarte solo cariño, pero ya sabes como de insoportable es tu madre con las fotos y esas cosas.

— Lo entiendo pa , mejor además me gustaría ir a pasear sola .

— No salgas por mucho tiempo, sabes cómo se pone tu madre con eso.

— Tranquilo, además tengo a Red

— Nos la llevamos, está con nosotros — a genial hasta el perro se lo llevo y no a mi – te paso a tu madre que quiere hablar contigo.

Ya estaba muy relajado el día.

— Sadie, más te vale que no duermas hasta las 12 del día ya viste la hora?

— Si, mamá ya voy a desayunar

— No estes saliendo del hotel, es inseguro

—Pero que voy a hacer hasta que regresen

—Mira algo en la televisión, lee un libro, no sé, pero no salgas, hay por Diosito mira a esas mujeres.

—¿Eh? De que hablas mamá.

—Hay dos mariconas, aquí en el tour, no sé cómo las dejaron pasar deberían quemarlas, eso le hace mal a los niños como va a creer que dejen que todos los vean.

— Pero mamá

— Adiós, voy a ver si las botan del bus.

El teléfono comienza a sonar y mi corazón no para de latir rápidamente, estaba teniendo un ataque de ansiedad, golpes en la puerta hacen que mi cerebro me distraiga un poco, concentrándome en respirar y tratar de que todo vuelva a la normalidad.

Abro la puerta y la veo mirándome confundida, como las dos únicas veces que nos hemos visto en la entrada de nuestras habitaciones, sus brazos rodean mi cuello y me abraza.

— Todo bien – pregunta sobre mi pecho, siento que se me va a salir el corazón, entre la ansiedad provocada por mi mamá y que ella este tan cerca de mí me voy a morir de un infarto

—Si, eso creo — respondo cuando logre estabilizarme por fin, ella se aleja de mí y me mira preocupada.

— Estas pálida, ¿que viste un fantasma? – dice riendo. Pues vaya hermoso fantasma.

—Tranquila No creo que Casper sea tan pequeño – le sonrio mientras remuevo un poco su cabello haciéndola reír.

— Hey, enserio, todo bien? – yo asiento – quieres contarme?

— Yo creo que, eso lo podemos hablar otro día.

—Está bien, quieres acompañarme a un sitio? – las palabras de mi madre vienen enseguida — tranquila es solo una pregunta no es obligación

—O sea, si quiero ir, pero es que mi madr

—¿Tema complicado? – asiento, ella sonrie de lado y se acerca a mi – por cierto, linda pijama.

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