Día agotador

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LUCY

Ha pasado una semana desde que estábamos en Cuenca. Emilia se había adaptado bastante rápido. Era divertido compartir mi tiempo con alguien que no fuera Mapi, que por cierto me había reemplazado por Emilia totalmente.

—Pero durmió con ella — me quejo del comportamiento de mi gata con mi novia.

—Quizás es porque el colchón es más cómodo — se burla riendo.

—Mi sofá también es cómodo — ella asiente.

—Créeme, lo sé. Sabes que también es cómodo hacer otras cosas en ese sofá.

—Ni lo menciones — la veo sonreír, mientras su mirada está en su computadora — ¿Mucho trabajo?

—Tengo que entregar mi examen final esta semana. Grabamos otro cortometraje y quedó muy bien — sonríe orgullosa.

—Lo podré ver? — ella asiente.

—Claro, tú serás la primera en verlo — habíamos estado trabajando en el tema de su confianza con sus trabajos. Todos eran increíbles, pero tenía miedo de lo que diga el resto — ¿Por cierto, la señora no te ha vuelto a molestar?

—Creo que ya se está relajando. Estamos teniendo buenos resultados en Spotify, así que mientras cobre, ella es feliz — ella asiente mientras achina sus ojos tratando de ver mejor — ¿Deberías usar lentes?

—Usar lentes es para gente mayor. Yo sí veo bien — bromea.

—Te vas a quedar ciega — ella se ríe.

—No sabía que mi abuelita sabía hacer videollamadas — le muestro mi dedo corazón y sonríe, de repente veo cómo se tensa y esconde su teléfono con la mano.

—Tú no te piensas bañar? — escucho la voz de su madre.

—Estoy haciendo mi examen, luego me baño — su voz suena tranquila.

—No te bañes a las 3 de la mañana de nuevo, me despiertas. ¿Qué crees, que todos estamos en los jueguitos de la computadora todo el día, que estamos ociosos? Yo trabajo, me levanto a las 4 de la mañana — pero señora, déjela trabajar.

La puerta del departamento se abre, veo a Emilia entrar. Había ido a comprar varias cosas para preparar la merienda. Muteo la llamada a pesar de saber que mi novia siempre usa audífonos.

—Sabes, había una oferta muy buena de panes de chocolate, te compré uno — sonríe señalando la bolsa.

—Gracias — ella asiente mientras sigue guardando las cosas.

—Arregla tu cuarto, haz algo por tu vida en lugar de estar sentada — la voz de la madre de mi novia nuevamente se escucha por el altavoz.

—Estás hablando con Sadie? — pregunta Emilia sentándose a mi lado, mientras me da uno de los panes en un plato.

—Sí, hasta que llegó su madre — ella hace una mueca.

—Esa señora no la soporto — yo asiento, mientras le doy una mordida al delicioso pan.

—Chucha de tu madre, escúchame y sácate los audífonos.

—Qué dulce es tu suegra — se burla Emilia.

—Espero que sea la última vez que te veo jorobada, me escuchaste Sadie?

—Ya me dejarás trabajar? — escucho la voz de frustración de mi novia y luego un portazo.

Vuelve a dejar el celular como estaba, su hermoso rostro estaba tenso.

—Te van a salir arrugas — le dice Emilia con la boca llena.

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