SADIE
Desperté con la luz del sol filtrándose a través de las cortinas del departamento de Vanessa. La habitación estaba tranquila, el único sonido era la respiración suave de Lucy a mi lado. Sentí una calidez que no había experimentado en mucho tiempo, una paz que parecía imposible después de la caótica noche anterior.
Moví lentamente mi brazo, tratando de no despertar a Lucy, para alcanzar mi teléfono en la mesita de noche. La pantalla iluminó mi rostro y vi varias llamadas perdidas de mi abuela. Mi corazón se encogió un poco, sabiendo que debía estar preocupada por mí.
Con cuidado, deslicé mi dedo para desbloquear el teléfono y envié un mensaje rápido:
"Abuela, estoy bien. Me quedé con una amiga y estoy ocupada en algunas cosas. Por favor, confía en mí. Te quiero."
Suspiré al enviar el mensaje, esperando que mi abuela entendiera y no se preocupara demasiado. Sabía que ella siempre había sido mi aliada, pero también sabía lo difícil que era para ella estar en medio del conflicto con mi madre.
Dejé el teléfono en silencio y me acurruqué de nuevo junto a Lucy. Ella se movió ligeramente, abrazándome con más fuerza, y no pude evitar sonreír. Sentí su calor,su olor, y me di cuenta de lo afortunada que era por tenerla en mi vida.
La noche anterior había sido una locura, pero ahora, en la tranquilidad de la mañana de Navidad, todo parecía valer la pena. Cerré los ojos y me dejé llevar por el ritmo constante de su respiración, permitiéndome disfrutar de este momento de paz.
Volví a quedarme dormida, sintiendo que por primera vez en mucho tiempo descansaba de verdad.
Desperté nuevamente cuando el sol estaba un poco más alto en el cielo, indicando que la mañana avanzaba. Lucy todavía dormía a mi lado, su rostro relajado y tranquilo. Miré alrededor de la habitación, sintiendo una extraña mezcla de serenidad y nerviosismo. Sabía que eventualmente tendría que enfrentar a mi familia, pero por ahora, solo quería disfrutar de este momento con ella.
Me moví con cuidado para no despertarla, pero al final, mis movimientos la hicieron abrir los ojos.
—Buenos días —dijo, su voz aún adormilada.
—Buenos días —respondí con una sonrisa.
—¿Todo bien? —preguntó, mirándome con preocupación.
—Sí, todo bien. Solo algunas llamadas perdidas de mi abuela. Le mandé un mensaje diciendo que estaba ocupada y que confíe en mí. —Lucy asintió, estirándose y luego abrazándome con fuerza.
—Me alegra que estés aquí. Te extrañé tanto —dijo, besando mi frente.
—Yo también te extrañé. No podía soportar la idea de pasar nuestra primera Navidad juntas lejos de ti.
Nos quedamos abrazadas en silencio por unos momentos, disfrutando de la presencia mutua. Luego, escuchamos ruidos provenientes de la cocina, lo que indicaba que Vanessa y Emilia ya estaban despiertas.
—Creo que Vanessa y Emilia están preparando algo —dije, levantándome de la cama con una sonrisa—. Vamos a ver qué están haciendo.
Lucy asintió y ambas nos levantamos, aún en pijama, y nos dirigimos hacia la cocina. Al entrar, vimos a Vanessa y Emilia moviéndose entre los utensilios de cocina y los ingredientes, riendo y charlando animadamente.
—¡Buenos días, chicas! —dijo Vanessa al vernos—. ¡Feliz Navidad!
—¡Feliz Navidad! —respondimos al unísono.
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Nuestro Secreto
RomanceEn un viaje por obligación, Sadie, atrapada en un mundo de expectativas parentales, y Lucy, luchando por perseguir sus sueños en solitario, se cruzan en un hotel de Cuenca. A medida que su conexión se intensifica, se enfrentan al dilema de separarse...