Lucy
Un mes. Solo ha pasado un mes desde que todo cambió, y, sin embargo, parece una vida entera. Sadie empezó a ir al psicólogo, algo que nunca creí que haría, y también consiguió un trabajo en diseño gráfico y edición online. Es remoto, lo cual es perfecto porque le permite quedarse en casa conmigo. Al principio no estaba muy convencida, pero, en cuanto se dio cuenta de que podía hacerlo mientras se quedaba en su "zona de confort", aceptó.
Todo está más tranquilo ahora. Casi demasiado tranquilo. Es ese tipo de calma que te da miedo, como si todo pudiera derrumbarse en cualquier momento. Pero en lugar de preocuparme por eso, intento disfrutar el presente. El loft ahora es hermoso, algo que ambas construimos juntas. Lo pintamos de colores suaves y compramos muebles nuevos para que al fin se sintiera como un hogar, nuestro hogar. Cada rincón tiene algo de nosotras, desde las plantas que Sadie insiste en cuidar hasta las repisas donde colocamos nuestras pequeñas colecciones.
Tambien las chicas volvieron a hablar con Sadie por suerte no corrió sangre ese día.
Flashback
Estábamos esperando en el departamentro cuando llegaron. Emilia y Vanessa no dudaron ni un segundo en cruzar la puerta y abalanzarse sobre Sadie. Literalmente, la abrazaron tan fuerte que pensé que la iban a ahogar.
—¡¿Dónde demonios te metiste, idiota?! —gritó Vanessa, con los ojos brillando de alivio pero también de enojo.
—¡Nos tuviste preocupadas por meses! —añadió Emilia, mientras le daba pequeños golpes en el brazo, más como una reprimenda cariñosa que otra cosa.
Sadie no dijo nada por unos segundos, solo las dejó hablar. Luego, cuando se calmó la tormenta de abrazos y regaños, ella les explicó todo. El motivo por el que se fue, cómo había huido, lo de su abuela, el miedo, la culpa... Cada palabra parecía hacer que el ambiente se volviera más denso, y al final, solo quedó un pesado silencio.
Oliver, el hijo de Emilia, observaba todo desde su pequeña silla. Tenía esa expresión curiosa que los niños ponen cuando sienten que algo importante está pasando. Pero fue Emilia quien rompió el silencio primero, mirándolo y luego mirando a Sadie con una sonrisa traviesa.
—No te reconoce mi hijo al menos, ¿no? —dijo en tono de broma, mientras Oliver seguía observando a Sadie con curiosidad.
Sadie se agachó sonriéndole a Oliver que levantaba los brazos en su dirección, Sadie se gira sacándole la lengua a Emilia y haciendo una mueca.
—¡Decías qué? —respondió con su tono sarcástico característico, levantando a Oliver en brazos, mientras el pequeño soltaba una risa alegre.
Emilia solo bufó, resignada a que Sadie siempre tenía una respuesta para todo, pero una sonrisa cruzaba su rostro.
Fin del flashback
Ahora, mientras leo en el sofá con Sadie a mi lado, el sol bañándonos con su luz dorada a través de la ventana, siento esa misma calma. Las cosas están bien, o al menos, tan bien como pueden estar. Mapi está dormida a nuestros pies, todo parece perfecto... aunque, en el fondo, aún tengo esa pequeña sensación de que esta paz es solo temporal. Pero eso es algo que puedo lidiar más tarde.
Sadie interrumpe mis pensamientos con un comentario sin sentido, algo sobre cómo el personaje principal del libro que está leyendo tiene los peores gustos en ropa, y yo no puedo evitar reír.
—¿Sabes? —le digo, sonriendo—. Creo que este es mi momento favorito del día.
Ella me mira, arqueando una ceja en tono burlón.
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Nuestro Secreto
RomanceEn un viaje por obligación, Sadie, atrapada en un mundo de expectativas parentales, y Lucy, luchando por perseguir sus sueños en solitario, se cruzan en un hotel de Cuenca. A medida que su conexión se intensifica, se enfrentan al dilema de separarse...