LUCY
Las semanas pasaron rápidamente, llenas de aventuras y desilusiones en la búsqueda de un departamento. Habíamos recorrido toda la ciudad, visitando lugares que prometían ser ideales, solo para descubrir que no eran más que fachadas. Algunos estaban en barrios ruidosos, otros eran demasiado pequeños o simplemente no tenían la calidez que buscaba. Con cada visita fallida, la emoción inicial se desvanecía un poco más, hasta que decidimos tomar un descanso y dejar que el destino hiciera su magia.
Finalmente, la noche de Nochebuena llegó, y con ella, la llegada de mis padres. La casa de Louis estaba decorada con luces brillantes y un árbol de Navidad que parecía casi mágico. La cena estaba servida: pavo, ensaladas y una variedad de postres que hacían que mi estómago rugiera de emoción. Melissa había hecho un trabajo impresionante organizando todo. Obviamente Sadie y yo habíamos ayudado, pero detalles.
Nos sentamos a la mesa, y la conversación fluyó de manera natural, como si la familia estuviera completa a pesar de la tensión que siempre había entre mis padres y nosotros. Las risas se mezclaban con historias del pasado, y, por un momento, olvidamos las diferencias.
Cuando la cena terminó, todos nos trasladamos a la sala, donde el árbol estaba adornado con brillantes regalos envueltos en papel de colores. La emoción estaba palpable en el aire mientras contábamos los minutos para la medianoche.
—¿Listos para abrir los regalos? —preguntó Louis, con una sonrisa amplia. Todos asentimos, y la atmósfera se llenó de risas y murmullos. Finalmente, las campanadas sonaron, marcando la llegada de la Navidad. Comenzamos a abrir los regalos, y cada uno era una sorpresa, desde ropa hasta pequeños detalles personalizados.
La más afortunada era Emily , que mis padres le habian comprado , desde una mansión de muñecas que probablemente no use hasta los 4 años , hasta un pequeño coche a control remoto, si creo que son los regalos más normales que pueden dar mis padres.
La sala se llenó de un cálido sentimiento. En medio de todo lo que había sucedido, este momento fue un recordatorio. Mientras las risas y las charlas continuaban, creo que es la primera navidad que teníamos en años.
De repente, Sadie se levantó y se disculpó, diciendo que iba a buscar algo. Volvió poco después con un pequeño paquete envuelto en papel brillante. Me quedé intrigada al verla caminar hasta donde estaba Emily, sentada en el suelo y rodeada de los regalos de sus abuelos.
—Mira, pequeña —dijo Sadie, agachándose y extendiéndole un adorable gatito de peluche.
Emily dejó caer todos los demás regalos, sus ojitos se iluminaron mientras abrazaba el peluche con fuerza. Luego, con la misma emoción, Emily alzó la vista hacia Sadie, quien le sonrió y acarició suavemente su cabello. Sin pensarlo dos veces, mi pequeña sobrina estiró sus brazos y se lanzó a abrazar a Sadie, apoyando su cabecita en su hombro. La escena era tan tierna que todos quedamos en silencio, observando con una sonrisa.
Yo me acerqué lentamente, rodeando a Sadie con un brazo mientras miraba a mi sobrina feliz en su abrazo, y besé su frente, sintiendo el calor de este momento perfecto.
Entonces, la voz de mi papá rompió suavemente el silencio.
—Lucy —me llamó, con una sonrisa en su rostro mientras se acercaba con un paquete grande—. Creo que este te va a gustar.
Sentí que mi corazón latía con fuerza cuando abrí el regalo. Dentro, encontré una guitarra preciosa, más de lo que podría haber imaginado. Sostuve el instrumento entre mis manos, admirando cada detalle.
—Nunca pensé que haría esto —dijo mi papá, su voz llena de orgullo—, pero sabía que algún día te lo regalaría. Sé que lo harás genial. Solo quiero que sigas tu pasión y nos enorgullezcas.
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Nuestro Secreto
RomansaEn un viaje por obligación, Sadie, atrapada en un mundo de expectativas parentales, y Lucy, luchando por perseguir sus sueños en solitario, se cruzan en un hotel de Cuenca. A medida que su conexión se intensifica, se enfrentan al dilema de separarse...