Día de princesas

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SADIE

Los suaves rayos del sol se filtraban por las cortinas, iluminando la habitación con una luz suave y acogedora. Lentamente abrí los ojos y me encontré con la imagen de Lucy, que se movía con gracia por la habitación.

Aún adormilada, observé cómo se dirigía a la cocina con pasos. Me pregunté qué estaría tramando, pero no tuve que esperar mucho para descubrirlo. Un delicioso aroma comenzó a llenar la habitación, despertando mis sentidos y dejando claro que Lucy estaba preparando algo especial.

Después de unos minutos, Lucy regresó a la habitación con una bandeja llena de delicias culinarias. Mis ojos se abrieron de par en par al verla, sorprendida y encantada por el gesto tan dulce de mi novia. Se acercó a la cama con una sonrisa brillante en su rostro, y mi corazón se llenó de amor y gratitud al verla.

—Buenos días, cariño —susurró Lucy suavemente, depositando un beso en mi mejilla.

Aunque aún me sentía medio dormida, la emoción me invadió al ver el desayuno tan exquisito que Lucy me había preparado con tanto cuidado. Café caliente, tostadas crujientes, frutas frescas...Estaba cumpliendo su promesa de preparar el desayuno para mi era como un sueño hecho realidad, y no podía creer que Lucy hubiera dedicado tanto tiempo y esfuerzo para hacerme feliz.

—Hace cuanto estas despierta —exclamé, sintiendo cómo se me iluminaba el rostro con una sonrisa radiante.

—Hace no mucho , me levante al baño y me encontré a las chicas desayunando, nos quedamos conversando un rato y se fueron a la universidad, así que decidí preparle un desayuno a mi hermosa novia.

Tomé su mano con ternura y nos sentamos juntas en la cama, compartiendo el desayuno con una intimidad y calidez que llenaba mi corazón de felicidad. Era un momento simple pero hermoso, y me sentía profundamente enamorada de tener a Lucy a mi lado.

Después de desayunar, nos quedamos un rato más en la cama, disfrutando de la compañía mutua y compartiendo palabras suaves y risas cómplices.

Me encuentro concentrada en mi trabajo, editando meticulosamente cada detalle de las fotos que debo entregar para un cliente. El clic constante del mouse se mezcla con el suave murmullo de la música de fondo, creando una atmósfera tranquila y productiva en la sala.

Mientras tanto, observo de reojo a Lucy moviéndose con gracia en la cocina.

—Sadie, ¿puedo ponerle cebolla? —pregunta mi novia mientras descongela un pedazo de carne.

—No —respondo de inmediato.

—¿Por qué? —insiste, frunciendo el ceño.

—No me gusta —afirmo, negando con la cabeza.

—Hay que darle sabor a la carne.

—Con sal y aceite, listo —respondo, esbozando una sonrisa. Ella ríe y comienza a sazonar la carne con los condimentos adecuados.

Regreso mi atención a la pantalla del ordenador, dejando que el clic del mouse y la melodía suave de la música me envuelvan nuevamente. Mientras tanto, Lucy continúa con su tarea en la cocina.

—Listo, el almuerzo está servido —anuncia Lucy con entusiasmo, invitándome a acercarme a la mesa.

—Se ve increíble, Lucy. Gracias por cocinar —le digo besando su frente, admirando su habilidad en la cocina.

—De nada, Sadie. Espero que te guste —responde, devolviéndome una mirada llena de cariño.

—Lucy, sabe delicioso—comento mientras pruebo el plato.

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